Tercer Milenio

En colaboración con ITA

el exprés

Ingeniería forense a pie de fábrica

Infinitia Research, que trabaja en la sede de BSH en Montañana, es experta en materiales «en todas sus  singularidades».

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Un trabajador de Infinitia, en plena faena.
Infinitia

Innovación. Innovar en materiales y trasladar esa innovación a las empresas. Así resume Javier Sanz Naval la actividad que realiza la empresa que creó en 2014 con Manuel y Carlos Gimeno –que hoy están en otras aventuras– después de trabajar en un proyecto público privado con BSH Electrodomésticos. La joven compañía se denomina Infinitia Research y ahora le llaman «el CSI de los materiales», según apunta el propio Sanz. Una actividad forense en el campo de la ingeniería que, como en la serie televisiva, se dedica a examinar pruebas, en su caso centrada en materiales, componentes, estructuras compuestas o sistemas de fabricación que han sufrido una avería. «Solo con mirar la escena ya, prácticamente, sabemos lo que ha ocurrido. Por supuesto, existe una labor de análisis importante, pero la experiencia hace el resto», indica el máximo responsable de Infinitia, que ha ido creciendo con los años y cuenta ya con 15 trabajadores en plantilla, entre ellos ingenieros industriales y químicos y especialistas en alimentos. El equipo trabaja fundamentalmente en una zona de ‘coworking’ de las instalaciones de BSH en Montañana y tiene una oficina en la sede de Impact Hub en el centro de Zaragoza, otro espacio de ‘coworking’. La empresa facturó unos 750.000 euros en 2020 tras registrar un incremento en su cifra de negocio del 70% respecto a 2019, un auténtico logro en un año complicado de pandemia. Para este año la previsión es alcanzar la emblemática cifra de un millón de euros. En esto están.

El corazón del negocio. «Nuestro ‘core business’ es el análisis de los materiales en todas sus singularidades», señala Javier Sanz. «Nosotros estamos ahí cuando los departamentos de Calidad no llegan», añade. Infinitia sigue teniendo como principal cliente a BSH, pero también trabaja para empresas del sector de la automoción o del relacionado con la producción de alimentos. «Son tres las cosas que hacemos fundamentalmente, una es la ingeniería forense, otra la innovación de materiales y una tercera relacionada con el diseño estratégico y el prototipado», indica el directivo al reseñar sus tres líneas de negocio.

Metodología y niveles. Infinitia aplica una metodología que se basa en los conocimientos técnicos y el bagaje de su equipo, precisan desde la compañía. «La resolución de problemas complejos necesita de un profundo conocimiento de diferentes campos de la ingeniería», indica Javier Graus, especialista en plásticos y nanomateriales de la empresa. Esta resume en tres niveles su proceso de trabajo. Uno de diagnóstico previo, donde la observación de campo, el desplazamiento «al lugar donde ha ocurrido todo» es fundamental. La segunda etapa se centra en la elaboración de hipótesis y su validación experimental, valorando los factores implicados y la relación entre ellos, y una tercera que se centraría en el análisis de riesgos y la selección e implantación de las soluciones más adecuadas a las necesidades del cliente. «En la ingeniería forense no hay dos casos iguales. Cada trabajo es un reto nuevo en el que los análisis y pruebas nos guían hasta dar la causa y solución de cada problema», sostiene Eva Pacheco, especialista en análisis de polímeros. Infinitia, así las cosas, ejerce como agente externo de empresas industriales que afrontan situaciones poco habituales en sus procesos de producción que se escapan del análisis rutinario de los departamentos de Calidad. 

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