La empresa de disfraces aragonesa Funidelia empieza a ver la luz tras el complicado año de la pandemia del coronavirus, que ha recortado su facturación en un 45% y le obligó a realizar un ajuste de empleo. A punto de cumplir sus diez años de andadura, esta compañía ha visto truncada su trayectoria ascendente en un ejercicio en el que las restricciones afectaron mucho a la venta de disfraces, pero ya está notando un incremento del mercado del 30%. Su nuevo plan estratégico 21-22 proyecta una recuperación que basará en producto propio y en las alianzas con empresas como Warner Bros, Toei o Capcom a las que se unen ahora la Metro-Golwin-Mayer (MGM), Endemol, King Feautures o Hasbro.

Según han apuntado desde la empresa este jueves, el sector de los disfraces en España ha reconocida una caída del 80%, mientras que en Funidelia el descenso de ventas ha sido de un 45%, gracias a su esencia 100% 'online' y a su diversificación de mercados. Según ha precisado a este diario Carlos Larraz, máximo responsable de la firma, esta acaba de cerrar el ejercicio abril 2020-marzo 2021 con una facturación de unos 12 millones de euros y la idea es que en el que acaba de empezar se alcancen los 17 o 18 millones de euros. 

Clave en la recuperación es la apuesta de la empresa aragonesa por su producto propio, esa estrategia iniciada hace cuatro años que consiste en diseñar y producir los disfraces y luego venderlos directamente el cliente final, sin intermediarios. En este modelo de negocio son fundamentales los acuerdos alcanzados con grandes compañías que le permiten llevar al mercado disfraces como los de El cuento de la criada (de la serie de HBO), Peppa Pig, Power Rangers, Peaky Blinders, Popeye o la Pantera Rosa.

"Al no tener intermediarios podemos ofrecer un producto tremendamente competitivo en el mercado, las empresas nos dan licencias que nos permiten diseñar y fabricar disfraces que vendemos y llevamos directamente a los clientes", ha señalado Larraz.

Funiglobal, grupo que incluye a la marca más conocida, Funidelia, cuenta con unos 40 trabajadores, 10 menos que el año pasado tras el ajuste de empleo realizado después del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) aplicado entre los meses de abril y junio de 2020. La crisis causada por la covid obligó a la empresa a llevar adelante esta y otras medidas de recorte de gastos, entre ellas el traslado de las oficinas del centro de Zaragoza al polígono logístico Plaza.

Tras alcanzar nuevos acuerdos con importantes licencias del sector y ampliar los existentes, añadiendo categorías de producto nuevas que le permitirán desestacionalizar la demanda, la empresa aragonesa ha precisado que espera un crecimiento promedio del 35% anual en los próximos 3 años,hasta superar los 30 millones de euros, con un objetivo de EBITDA del 9%. "Este crecimiento se apoyará en el desplazamiento de una gran parte de la facturación, hasta un 50%, hacia el producto propio desarrollado por la empresa", han indicado.