innovación
La alternativa aragonesa al papel film se vende ya en 56 tiendas
El envoltorio, hecho con algodón orgánico, cera de abeja y aceite de jojoba, estrena diseños. Beecool mantiene la elaboración artesanal, pero ahora con un taller de producción.
Al principio usaban el horno instalado en una habitación de su casa y ahora ya tienen un taller con dos puestos de producción. Lo que surgió de una conversación entre amigos y de su inquietud por evitar tantos residuos plásticos en la cocina, se transformó en Beecool, la alternativa aragonesa al papel film y aluminio. Y, aunque en estos dos años de andadura no han perdido su manera artesanal de producir estos envoltorios ecológicos que permiten guardar alimentos o tapar recipientes sin generar residuos, sí han dado un importante salto que les ha llevado a estar a la venta en 56 tiendas de 35 localidades de todo el país, además de continuar con la venta ‘online’.
Por eso, coincidiendo con la campaña global ‘Julio sin plástico’, los impulsores de esta iniciativa empresarial -Ana Sádaba y Claudia Ráfales, junto a sus parejas, Pablo Alayeto y Carlos Sánchez, respectivamente– han aprovechado para lanzar una nueva web, un rediseño de la marca y dos colecciones de envoltorios reutilizables con estampados de diseño propio.
Al principio utilizaban telas de algodón orgánico que importaban de Estados Unidos, "pero buscando proveedores españoles vimos que nos daban la posibilidad de personalizar los diseños", cuenta Pablo Alayeto. Así surgieron estas dos primeras colecciones hechas en colaboración con el estudio de diseño Tropical en Zaragoza. Y, en el futuro, colaborarán con otros diseñadores, artistas o ilustradores para crear nuevas colecciones. "Queremos abrir la puerta a empresas y asociaciones que quieran hacer creatividades ‘ad hoc’ para sus trabajadores, de hecho ya hemos tenido peticiones", añade Alayeto.
¿De qué material está hecho?
El producto está hecho artesanalmente con tela de algodón orgánico con certificación GOTSy a base cera de abeja de productores locales, resina de árbol y aceite de jojoba bio. El envoltorio permite sellar lo que se tapa con el calor de las manos y es lavable. Hay que limpiarlo tras su uso con agua fría y jabón y, si se cuida bien, puede reutilizarse hasta un año. La fórmula se ha mantenido intacta desde el principio, ya que, además, hicieron una encuesta de satisfacción a final del año pasado y constataron que los clientes estaban contentos con esta.
Las dos parejas que emprendieron con esta pequeña empresa han visto como su negocio ha ido creciendo en sus dos años de actividad y, aunque todos ellos siguen con sus profesiones –la ingeniería informática y la fisioterapia–, han contratado a una persona a tiempo parcial y disponen de taller, oficina y dos puntos de producción. "Seguimos teniendo una producción limitada y no podemos almacenar stock. En un mes normal producimos entre 300 y 400 packs", detalla Pablo Alayeto.
Dado que 2019 fue su primer año real de ventas y teniendo en cuenta las peculiaridades de este 2020 con motivo de la pandemia de coronavirus –que durante dos meses les obligó a parar la producción, que retomaron en mayo–, no se atreven a comparar datos. Eso sí, aseguran que en torno al 30% de sus ventas son ‘online’ y más del 70% son en tienda física, como supermercados ecológicos, establecimientos de venta de menaje, de cosas para niños o tiendas Intermon.
El producto se vende en packs que incluyen envoltorios de diferentes tamaños y diseños. Este año sumaron un nuevo formato XL, que aún no está a la venta en todos los establecimientos y que se utiliza para conservar alimentos que ocupan más como una barra de pan o para que el usuario lo corte a la medida que necesite.
En cuanto al futuro, se muestran optimistas, pero con los pies en el suelo. "Queremos potenciar la venta ‘online’ y aumentar la capacidad de producción. Nuestra meta ahora es seguir creciendo, pero poco a poco", concluye Alayeto.
- Ir al suplemento Heraldo del Campo
