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Marcos de Quinto: "Despotricaba de la política y me dije: ¿por qué no dejo de quejarme y hago algo?"

El exvicepresidente mundial de Coca-Cola, hoy en Ciudadanos, habla aún como directivo empresarial pese a su salto a la política. Publica ahora ‘Notas desde la trinchera’.

Marcos de Quinto, exvicepresidente mundial de Coca-Cola y diputado de Ciudadanos en esta legislatura fallida.
Marcos de Quinto, exvicepresidente mundial de Coca-Cola y diputado de Ciudadanos en esta legislatura fallida.
ARÁNZAZU NAVARRO

-Fue el máximo responsable mundial de marketing de Coca-Cola. ¿Es ese uno de los puestos más altos a los que puede llegar un profesional en la especialidad?

-He sido director mundial de marketing de Coca-Cola, pero durante quince años he sido presidente de Coca-Cola en España llevando más áreas que no son solo las de marketing. Además de director mundial de marketing era vicepresidente ejecutivo mundial de la compañía, y no era un cargo honorífico. Durante mis 36 años de carrera en Coca-Cola la mitad ha sido marketing y la otra mitad ha sido gestión y gerencia.

-Pero a usted se le identifica como un hombre de marketing.

-Yo me considero un hombre de empresa, con sensibilidad para organizaciones, para temas de recursos humanos, de finanzas, de marketing.

-¿Y por qué no siguió?

-Uf, después de 36 años, yo creo que eso ya lo comenté. Hace un tiempo, un año y medio antes de marcharme, yo había hablado con mi compañero James Quincy, que es el actual presidente de la compañía, de mis ganas de vivir un poco, de dedicarme a temas personales que me llamaban. Ese es un trabajo bastante extenuante, porque cuando tienes una responsabilidad de vicepresidente mundial de una compañía de este tipo prácticamente trabajas 24 horas, porque cuando te has ido a la cama está amaneciendo en Japón, puede haber un lío en Asia, en ese momento estás dando instrucciones… Es decir, vives todos los temas en continuo. Ya habiéndolo hecho, y tengo una edad, quería rehacer un poco mi vida personal, como he hecho. Me he casado y he tenido una niña que ahora tiene dos meses.

-Fue presidente de Coca-Cola España. ¿Cuál fue su balance?

-A cualquier persona que quieras preguntar, dentro del embotellador de España o cualquier persona en la compañía, dirá que fue brillante, porque colocamos a España en uno de los tres primeros puestos del ranking de unidades de Coca-Cola en el mundo y España fue como el departamento de Fórmula 1 de la compañía. La innovación que se produjo dentro de Coca-Cola España en esa época fue espectacular. Hicimos un montón de cosas que luego se exportaron al resto de países.

-Sin embargo, le tocó un ERE en una planta embotelladora de Coca-Cola. Ya sé que no era la misma empresa, pero habrá sido desagradable. ¿Eso cómo lo vivió?

-En el libro hablo de eso. Lo que ha sido la consolidación de los embotelladores españoles es lo que ha salvado el sistema de embotellar en España. En aquellos momentos no se comentaba ni se podía comentar, pero había una amenaza de que embotelladores extranjeros podían tomar el control de los de aquí. Gracias a esa consolidación hicimos un embotellador fuerte en España y sucedió lo contrario. Los embotelladores españoles han tomado el control de los de Europa. La presidenta en estos momentos de lo que era Coca-Cola European Partners, ahora Coca-Cola Iberian Partners, es española.

-Sol Daurella.

-Conseguimos que en vez de ser absorbidos por un embotellador europeo, consolidar este sistema. Estamos teniendo el control de Francia, Inglaterra, el Benelux.

-Usted llegó a reconocer que la marca se vio afectada por la impopularidad de aquel ERE.

-No había ningún problema con los trabajadores de Coca-Cola. Había un problema con unos pocos trabajadores de una planta concreta que era la de Fuenlabrada, trabajadores y liberados con unos sueldos muy altos, que han seguido cobrado su sueldo hasta ahora. Hicieron un ruido que no fue contestado en su momento por quien tenía que contestar, que era el embotellador, no la compañía. Y no era un problema con la marca, pero utilizaron la marca porque eso les daba mucha más notoriedad. Hicieron un buen marketing, por decirlo así. Lo hicieron gente con sueldos de 120.000 y 80.000 euros al año.

-Ha sacado un libro, ‘Notas desde la trinchera’. ¿Por qué desde la trinchera?

-Porque a veces se escriben libros sobre temas de ‘management’, de dirección, que no son hechos desde donde las balas le silban a uno, sino por parte de profesores o de gente que habla con gente. Este es un libro que está hecho desde donde se sufre, también desde donde se tienen alegrías y se ven las cosas en carne propia.

-Quería una vida más tranquila pero se ha metido en política. ¿Por qué?

-Mucha gente, como te pasará a ti, despotrica de la política. Yo me encontraba siendo uno de ellos, uno más, porque no soy político, y al final uno de repente dice: ¿por qué no dejo de quejarme y hago algo por ello? Eso he hecho, la puerta giratoria al revés.

-¿Y está satisfecho?

-Lo estoy, porque soy consciente de los pros y de los contras. Esta es una moneda de doble cara y sé que tiene cosas positivas y también sacrificios, lo he asumido.

-Y ahora es el hombre de la economía en Ciudadanos.

-En Ciudadanos hay un montón de gente valiosísima en este campo: Vicente Ten, Soraya o Luis Garicano, con quien hablo mucho.

-Y ya sabe lo que es generar polémica, como ocurrió con el Open Arms.

-Ese tema es curioso. Mucha gente que criticaba cosas que he dicho son los mismos que aplauden cuando otras personas dicen que los venezolanos hacen tres comidas al día y les parece muy bien. Hay un humanitarismo sectario de determinada gente, donde el humanitarismo les da igual porque depende de tu signo político. A mí no me importa denunciar ese tipo de dobles morales.

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