La D. O. aragonesas prevén una vendimia "floja" tras el récord histórico del año pasado

La producción prevista en Cariñena, Campo de Borja, Somontano y Calatayud suma 123 millones de kilos de uva, unos 60 menos que en 2018.

Además de más escasa, este año la vendimia será tardana.
Además de más escasa, este año la vendimia será tardana.
José Luis Pano

Las máquinas y los vendimiadores están preparados para iniciar la cosecha, que este año llega a Aragón hasta con unos 12 días de retraso, porque los golpes de calor que tuvo que soportar la vid durante los meses de junio y julio provocaron un parón en el ciclo productivo e hicieron que el envero (color rojizo que toman los frutos cuando comienzan a madurar) se resistiera a llegar. Pero la vendimia no solo es más tardana este año. Será además inferior a la de la pasada campaña, cuando, eso sí, se alcanzaron cifras históricas y producciones de récord. Las previsiones de las cuatro denominaciones rondan los 120 millones de kilos, más de 60 millones menos que el pasado año, cuando se cosecharon, en conjunto, más de 183 millones de kilos de uva.

Esta situación es visible en Cariñena, la mayor y más antigua denominación de origen aragonesa. Sus más incipientes previsiones apuntaban a los 73 millones de kilos de uva, una cifra muy alejada de los 107 millones que recogieron en 2018 de las casi 14.300 hectáreas que ocupa. Pero, el último informe realizado por el consejo regulador todavía rebaja más estas previsiones. Las sitúa en «unos 66 millones de kilos», lo que supone no solo un descenso notable respecto al año anterior, sino también un 23,5% menos que la media de los últimos diez años.

En estas cifras tuvo mucho que ver un otoño cálido y con unas precipitaciones que iban aumentando según avanzaba la estación; un invierno frío y seco y unas precipitaciones escasas que comenzaban a dar señales de sequía; una primavera fresca que trajo heladas pero en la que fue más notable la ausencia de precipitaciones, y un verano muy caluroso con temperaturas infernales y ausencia de lluvias. Y con este cóctel, la brotación fue «buena y en fecha normal, aunque algo desigual y lenta», señala el consejo regulador, que explica que la floración llegó ligeramente tardía, el cuajado ha sido rápido y, «en general bueno», el envero comenzó bien entrado julio, por lo que se estima en primeros de septiembre la fecha de inicio de la vendimia.

Estas condiciones climáticas son las que han determinado también que en Campo de Borja las previsiones sean muy inferiores a las de la pasada campaña. «La producción de uva oscilará entre los 24 y los 26 millones de kilos», señalan desde el consejo regulador de esta denominación, que reconoce que se trata de una «cosecha floja». La sequía de primavera y los golpes de calor pararon el crecimiento, provocando un destacado retraso en la maduración de la uva, especialmente en la garnacha, la variedad mayoritaria en esta D. O. situada a los pies del Moncayo.

«No tenemos previsto comenzar la vendimia hasta mediados de septiembre, con unos diez o doce días de retraso», detallan desde el consejo regulador, que reconoce que está cifra podría cambiar en función de las precipitaciones. Sin embargo, reconoce que «en nuestra zona, agosto suele ser muy seco y septiembre muy aleatorio, unos años son secos y otros con cuantiosas tormentas».

Alrededor del 20 de agosto comenzará la vendimia en Somontano. La denominación oscense es siempre la primera en iniciar la recolección, que este año llega también más tarde a las faldas de los Pirineos. Espera una buena cosecha, alrededor de 19 millones de kilos, similar a la del pasado año, pero se mantienen en alerta porque «nos vendría fenomenal que cayeran ahora unos 30 litros», explican desde el consejo regulador.

Desde Somontano destacan que las precipitaciones han sido las justas para ayudar al crecimiento vegetativo del viñedo, si bien es cierto que «los calores de junio han dejado el grano más pequeño de lo habitual».

Calatayud es la última en comenzar su vendimia. No lo hará bien entrado el mes de octubre, pero ya prevé una «buena cosecha». Aunque reconoce que la climatología puede dar todavía muchas sorpresas, estima una vendimia de entre 12 y 14 millones de kilos porque la floración y cuajado están siendo óptimos, especialmente en la garnacha.

Y todas ellas coinciden en señalar que sea cual sea la cantidad de uva recolectada lo que está garantizado es su calidad, ya que la sanidad de la fruta es óptima y el viñedo no ha padecido plagas.

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