Es el cuento de nunca acabar: la Unión Europea volvió a aprobar a principios de abril una prórroga flexible del interminable ‘brexit’, que ahora podría aplazarse hasta el próximo octubre. Esta será la fecha límite, pero los acontecimientos se precipitarían en caso de que el Parlamento británico suscriba la última proposición comunitaria.

Las afecciones que provocará la salida del Reino Unido supondrán con toda seguridad un significativo impacto para su economía; pero, aunque en menor medida, también para la de todos aquellos territorios con los que mantiene relaciones comerciales. Y Aragón no será una excepción.

“El ‘brexit’, aún en el peor de los casos, afectará a la Comunidad mucho menos que a otras regiones. Estamos preparados. No será un golpe excesivamente duro a nivel macroeconómico porque las empresas han diversificado sus mercados de exportaciones, pero sí quizá habrá alguna para la que será necesario estudiar medidas”, advierte el director general de Economía del Gobierno de Aragón, Luis Lanaspa.

Distinta perspectiva posee del ‘brexit’ la subdirectora de la Cámara de Comercio de Zaragoza, Nieves Ágreda, que insiste en que desde el referéndum los efectos son una realidad. “La demanda todavía existe, se ha superado la crisis en la cotización de la libra, pero sí que es verdad que muchas empresas que se plantean la internacionalización priorizan otros mercados antes que el británico a causa del altísimo grado de incertidumbre. Ahí sí que nos afecta”, incide.

Y es cierto que los números no esbozan un panorama demasiado optimista. El mercado británico permanece como uno de los destinos predilectos de los productos aragoneses, aunque cada vez menos. Las exportaciones mantienen una tendencia decreciente que se vio acentuada tras la celebración de la votación de hace tres años. En la actualidad, las ventas de la región al Reino Unido suponen el 6% del total al exterior; mientras que, hace una década, alcanzaban el 11%.

El comercio internacional será sin duda el área más afectada, pero no la única: también el turismo, la inversión e, incluso, la inmigración –todas ellas de manera residual– han visto perjudicados sus números por la incertidumbre política. El informe económico elaborado por la DGA el pasado diciembre, ‘Posibles vías de afección del brexit a la economía aragonesa’, destaca asimismo una fuerte caída en las importaciones provenientes este país.

En cualquier caso, a diferencia de lo que se espera en comunidades autónomas más turísticas –tanto las de costa como las islas–, las previsiones coinciden en que el ‘brexit’ pasará de puntillas por la economía aragonesa: “Su influencia dependerá sobre todo de la forma en que se produzca la salida”, insiste Lanaspa. El futuro óptimo para la región sería que el marco de relaciones con el Reino Unido cambiara lo menos posible, puesto que, a pesar de no ser lo que era, el comercio con este país es todavía el quinto en volumen de exportación.

El director general de Economía de la DGA tiene clara la receta para evitar la dependencia de este mercado: diversificar. Este es el camino que siguen un amplio abanico de empresas locales, que miran con ilusión oportunidades emergentes como las que ofrecen los países asiáticos, especialmente China: "La DGA intenta favorecer la internacionalización de todo el tejido empresarial a través de prospecciones de mercados que compartimos con las compañías", resalta Lanaspa.

Planes de contingencia para prepararse para el nuevo escenario es la recomendación que Ágreda hace desde la Cámara de Comercio, porque, además, "independientemente de que se produzca o no acuerdo, aparecerá una aduana que afectará tanto a los costes de transporte como a los tiempos", advierte.

Las exportaciones caen un 21%

Las exportaciones de Aragón al Reino Unido han pasado de superar los 960 millones de euros en 2007 a no alcanzar los 760 millones en 2017. Y esta cifra cobra todavía más relevancia si se tiene en cuenta que el total de ventas de la región al exterior ha crecido más de un 37% en este periodo, mientras que al país británico han descendido un 21%. Al poner la lupa en sectores concretos, destaca por encima de todos el automóvil, que superó el año pasado el 50% de las exportaciones aragonesas a Reino Unido, seguido por la fabricación de equipos eléctricos, con un 15%, o la agroalimentación, que alcanza el 10%. En cuanto a la automoción, Ágreda observa además un peligro añadido en un hipotético cambio de normativa, de certificación u homologación que podrían exigir a los productos foráneos.

El informe de la DGA alerta de otro posible efecto adverso de un ‘brexit’ sin acuerdo: que la desaceleración del Reino Unido afecte indirectamente a algunos de los socios habituales aragoneses, como Francia o Alemania. Pero mantiene que todo son cábalas, a la espera de que se dilucide el desarrollo de los acontecimientos.

El impacto en exportaciones no debería ser inasumible, pero en las importaciones la huella del ‘brexit’ es ya palpable. En concreto, han pasado de superar los 563 millones de euros a no llegar a los 250 millones de euros, lo que supone un descenso del 56% solo en la última década. Las compras a Reino Unido suponían el 6% de las totales en 2007, mientras que en 2017 se quedaron en apenas el 2%. Esta contracción salpicó también al resto de la UE, aunque en menor medida.

En cualquier caso, tanto Ágreda como Lanaspa coinciden en que las consecuencias no serán tan significativas como se esperaba en primera instancia, pero existirán. Todo dependerá de si se alcanza o no un acuerdo.