economía

Batalla decisiva por el control de Grupo DIA con las protestas contra los despidos en la calle

La junta de accionistas del miércoles debería optar entre el consejo actual y el grupo de inversores rusos.

Protestas despidos DIA
Una de las protestas de los trabajadores de DIA.
José Miguel Marco

El futuro de la tercera mayor cadena de supermercados del país, con presencia en otros mercados internacionales como Brasil, Argentina y Portugal, se dilucidará este miércoles. A priori, la junta general de accionistas del día 20 debe arrojar un vencedor en la pugna que mantienen desde hace meses los administradores actuales, encabezados por el consejero delegado Borja de la Cierva y el grupo de inversores rusos liderado por Mikhail Fridman, que conforman el primer accionista (a través de la sociedad instrumental Letter One) con el 29% del capital social.

El orden del día de la junta solo prevé, en sus puntos 5 y 6, abordar las propuestas de reflotación de la compañía presentadas por ambos bandos, pero los accionistas minoritarios quieren promover una tercera vía que pase por el rechazo a las dos y abrir una solución intermedia. Para ello propondrán que la ampliación de capital que hay sobre la mesa –por valor de 600 millones de euros si triunfa el plan del consejo y 500 si es la de Letter One– se rebaje a 150 millones y se apruebe en una junta posterior, con carácter extraordinario y a la mayor brevedad posible.

Para compensar la importante deficiencia en la captación de fondos, proponen constituir una sociedad de inversión inmobiliaria (socimi) que gestione todos los activos del grupo, que valora entre 700 y 800 millones, a fin de poner a la venta algunos, arrendar otros y mantener el resto en uso propio. Coinciden con los inversores rusos en que no les gusta la ‘operación acordeón’ previa (reducir el valor nominal de la acción) que haría el consejo antes de su ampliación, pues calculan que haría perder casi el 90% del dinero invertido ya (sus títulos se mantendrían pero a un valor muy inferior) a quienes no acudieran a la oferta. Pero a la Asociación de Accionistas Defensores de DIA le faltan apoyos para sacar adelante su propuesta, sobre todo considerando que en las últimas juntas de la cadena la participación ha rondado el 60% –entre socios presentes y representados–, de manera que el grupo de Fridman tendría a priori el triunfo casi asegurado salvo que hubiera una participación masiva.

El "reequilibrio", en juego

Es lo que parece pretender el consejo de administración, con un toque a rebato ante la posibilidad de entrar en concurso de acreedores que es, según ellos, lo que ocurriría de rechazarse su ampliación al "no garantizarse el reequilibrio patrimonial a tiempo". Alegan que el plan de Letter One de no acometer su ampliación hasta que triunfe la OPA –que podría no resolverse hasta mayo–, una vez confirme que logra su requisito de hacerse con otro 35% del capital, ya sería tardío. Los inversores rusos ofrecen la alternativa de dar un préstamo participativo de 100 a 150 millones, que inyectarían como liquidez en la compañía si la propuesta del consejo es rechazada para sacarla de la quiebra técnica.

Su argumento es no aportar más dinero –ese 35% le costaría 327 millones, aunque además se ha comprometido a adquirir la parte de su ampliación que no se suscriba– hasta hacerse con el control efectivo de la empresa, pues desconfía de una gestión que pese a algunos cambios –entre ellos, el del director financiero– ha llevado a "la destrucción masiva del valor de capitalización de la compañía". Por eso optó por una OPA voluntaria para ofrecer un precio a priori bajo de 67 céntimos por título, aunque mejora en un 12% su último cierre en una cotización que el año pasado se desplomó un 90%.

La opción de un pacto de última hora parece improbable, aunque no desdeñable pues la banca acreedora –con créditos pendientes por 800 millones– parece preferir el plan del consejo. El motivo es que usaría 458 millones de su ampliación para reducir los 1.452 millones del pasivo, bonos incluidos.

UGT se moviliza en Zaragoza por el empleo y contra el ERE

Trabajadores de DIA y delegados de UGT Aragón se concentraron este domingo en la Plaza de España de Zaragoza para rechazar el ERE de despidos que la cadena está negociando a nivel nacional al entender que no sobra ningún puesto de trabajo. Aunque han reducido un 26% los afectados al pasar de 2.064 a 1.536, este sindicato rechaza el ERE al entender que los empleados no pueden ser los paganos de la "gestión nefasta" de la empresa, según el secretario general de UGT, Pepe Álvarez.

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