"La UE necesitaría 10.000 millones de inversión para adaptar las carreteras al coche autónomo"

Javier de las Heras, del Ministerio de Fomento, dice que hay mucho por hacer en infraestructuras.

Javier de las Heras, Felipe Jiménez, Jaime Armengol, José Manuel Vassallo y Joshue Pérez, este miércoles.
Javier de las Heras, Felipe Jiménez, Jaime Armengol, José Manuel Vassallo y Joshue Pérez, este miércoles.
G. Mestre

Aunque el deseo de anticiparse al futuro sea una constante, conviene asumir que el coche sin conductor no llegará "de hoy para mañana sino que es un reto para las próximas décadas". Con esta premisa Javier de las Heras, de la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento, inició este miércoles su intervención en la jornada ‘Cuando los vehículos conduzcan solos. Hacia una movilidad conectada y autónoma’ organizada por la Fundación Ibercaja dentro de la iniciativa Mobility City. "La UE necesitaría 10.000 millones de inversión para adaptar los 43.000 kilómetros que tiene de vías de alta capacidad a la conducción autónoma. Piensen en un país como España con 170.000 kilómetros de carreteras y 500.000 de calles lo que supondría", reflexionó en voz alta este experto. "Habría que catalogar las carreteras en función de su nivel de automatización y preparar la red vial para la gestión de datos".

Un reto ingente que se suma al impacto en el empleo ya que desaparecerían cientos de trabajos en el sector del transporte –aunque se generasen nuevos puestos en gestión de flotas–, en el de los seguros, así como en el de las academias, constató José Manuel Vassallo, doctor ingeniero de Caminos por la Universidad Politécnica de Madrid. La automatización en la conducción, añadió, también se notaría en"la adquisición de vehículos ya que habría menos coches, pero mucho más tiempo circulando" y habría que cambiar la mentalidad: "Cuando uno se sube a un coche autónomo y lo he hecho, si vas a 5 km/h no pasa nada, pero al subir a 40 la sensación de inseguridad ya es grande, así que habrá que ir adaptándonos poco a poco". Eso sí, dijo, el mayor uso de este vehículo traerá una reducción de muertes en la carretera.

Los tiempos, las consecuencias y la transformación que implica el salto hacia el vehículo autónomo centraron la charla que protagonizó Joshue Manuel Pérez, investigador del centro vasco Tecnalia, y la mesa redonda posterior. "El 93% de los accidentes de coche son a causa de la conducción humana" quiso dejar patente este especialista, que mostró varios vídeos futuristas con rotondas por las que circulaban fluidamente y sin colisiones bicicletas, patinetes, coches sin conductor... y sistemas de movilidad de todo tipo. "El vehículo automatizado puede instalarse más rápido de lo que pensamos", advirtió Pérez, siendo Estados Unidos, Canadá, Rusia y China los países que más pruebas están realizando en este sentido. Aunque reconoció que hay que mejorar mucho la detección de peatones y de intersecciones, así como la comunicación entre vehículos y otros agentes como señales o semáforos, de los que dudó sean necesarios en el futuro, el profesional de Tecnalia avanzó que las empresas tecnológicas van muy por delante de los constructores tradicionales de coches. Y puso el ejemplo de Waymo, una empresa de Google desarrolladora del vehículo autónomo, que tiene ya cuatro generaciones de coches en pruebas que sumaron hace dos meses más de 10 millones de millas recorridas en California, Texas y Detroit. Si bien, marcas como Ford, Daimler, Volkswagen, BMW y GM también están avanzando en esta carrera, la delantera sin duda la llevan empresas que no son del sector como Nvidia, Apollo, Qualcom, Texas Instrument, IBM, Cisco, Oracle, Intel, Facebook, Microsoft, Apple, Alphabet y Amazon, que investigan en sistemas de control de crucero adaptativo, entre otras cosas.

Mejorar la seguridad vial, reducir los accidentes de coche y evitar la congestión de tráfico en muchas ciudades son beneficios que traerá esta revolución hacia el coche sin conductor, abundó Pérez.

"Estamos en un nivel de automatización de 2,5, algunos fabricantes de 3, en una escala de 6", explicó por su parte Felipe Jiménez, doctor ingeniero industrial y profesor titular de la Universidad Politécnica de Madrid, que también participó en la jornada celebrada en el Patio de la Infanta de Ibercaja. "Podríamos estar en un nivel 4 dentro de 3 o 4 años pero en escenarios muy concretos, en el nivel 5 hablaríamos ya de un coche sin volante y sin pedales", pero para eso, admitió, "hay que superar muchos obstáculos en la cadena de percepción y de decisión que plantea la actividad de la conducción y que el ser humano resuelve por instinto pero que es difícil que pueda aprenderlo la Inteligencia Artificial".

La interoperabilidad entre países y marcas, es decir "que un Renault pueda hablar con un Volkswagen y que un coche autónomo del fabricante que sea pueda interconectar con los demás e interpretar las señales de cada país" son otros desafíos de esta carrera hacia el futuro.

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