BSH concluye la remodelación de la fábrica de Montañana tras invertir 80 millones desde 2014

Nuevas líneas de hornos eléctricos y la incorporación de más tecnología en inducción han transformado la planta, que fabrica 2,3 millones de aparatos al año.

Una trabajadora, en la línea de montaje de los hornos de la fábrica de BSH en Montañana.
Una trabajadora, en la línea de montaje de los hornos de la fábrica de BSH en Montañana.
Oliver Duch

Una de cada cuatro encimeras de inducción que se venden el mundo se ha fabricado en la planta de BSH en Montañana, la única de la multinacional alemana que hace este producto. Lo subraya Ignacio Arruga, director de la planta zaragozana, que ha estado inmersa en una remodelación íntegra estos últimos cuatro años. "Las nuevas líneas de horno eléctrico –empezamos con dos en junio de 2017 y hemos metido otras dos este año, teniendo que convivir durante varios meses dos fábricas en una– ha supuesto ya casi 40 millones. Si a eso sumamos toda la inversión en tecnología en inducción, en la que somos centro de competencia en el mundo, y la aportación cada año de entre 9 y 11 millones para nueva maquinaria, supone haber invertido en esta planta especializada en cocción 80 millones desde 2014".

Fue hace cuatro años cuando se diseñó toda la nueva gama de hornos –el anterior proyecto se mantuvo 18 años, hasta que se desmontaron las líneas en marzo– y ahora la nuevas ya están terminadas y en funcionamiento. "Ha sido un cambio de ‘lay out’ completo, el concepto de fábrica es lo que hemos cambiado", destaca Ignacio Arruga.

Con tres gamas de producto –horno, placa de inducción y lavavajillas, aunque esta dejará de producirse ya en 2019– esta planta de 93.000 metros cuadrados emplea a unos 1.400 trabajadores y es especialmente relevante para la multinacional, ya que todo el desarrollo de la placa de inducción desde 1989 hasta que se comercializaron las primeras en 1990 se ha hecho en Zaragoza y, desde entonces, la demanda no ha dejado de crecer, alcanzando la fabricación ya el año pasado el número de 10 millones.

Un incremento que llevó a la multinacional a decidir especializar esta fábrica en inducción y hornos e ir gradualmente llevándose el lavavajillas a otras plantas con mayor producción de este electrodoméstico. Así, al año próximo el único turno que hay ahora fabricará menos lavavajillas que los 260.000 de este año y eso nos permitirá crecer en los otros dos productos y situarnos en 800.000 hornos al año en 2020 o 2021 y en mayor número de placas: si en 2017 hicimos 1.324 millones, este año estimamos 1.474 millones", explica el directivo.

Un mercado global

El 71% de lo que fabrica la planta de Montañana se destina a la exportación y el 29% restante se queda en el mercado nacional. Lo natural, precisó el directivo, es que evolucione hacia el 75%y 25% respectivamente. Y es que la planta de Montañana hace unos160 modelos  de hornos –a partir de 9 cavidades distintas– y 600 modelos de placas de inducción que necesitan de hasta 400 formatos diferentes de cristal . En este material para encimeras de inducción solo hay dos grandes fabricantes a nivel internacional, pero en todo lo que es electrónica y piezas, los proveedores son aragoneses.

Montañana hace a diario 2.400 hornos, pero puede alcanzar los 3.700, mientras que en placas de inducción se hacen 7.400 al día. "Actualmente en hornos se trabaja a un turno aunque hace unos meses estaba a dos. Son las placas de inducción las que requieren de tres turnos", indica el director de la planta, que asegura que la plantilla, de unos 1.400 empleados, es flexible. "Hace una semana hemos pasado a un centenar de personas de hornos a inducción".

La Cartuja

No solo ha sido la fábrica de Montañana la que ha renovado por completo la dirección de BSH sino que también ha habido inversiones importantes en La Cartuja para adaptarla al nuevo modelo de lavadora, con un tambor de mayor carga, que se lanzará el año que viene. "Queremos que nuestras fábricas sean polos de innovación y que tengamos aquí todo el ‘know how’ de los electrodomésticos del mañana", manifiesta Fernando Gil Bayona, director general de BSH España. Contar con 6 centros de competencia en nuestro país –no todos en Zaragoza, sino también en las fábricas de Navarra y Santander– da fe de esta gran apuesta por la innovación para sujetar la industria. "El grupo tiene en alta consideración las plantas españolas", añade el máximo responsable en España de BSH, el tercer fabricante mundial de electrodomésticos.

Gil Bayona espera que este 2018 sea un buen año para la marca, si bien advierte de que BSH España podría facturar algo menos que en 2017, año en que las ventas alcanzaron los 1.624 millones de euros, un 3% más que el año anterior, debido a mercados como Turquía o Rusia, que no se están comportando bien, y a que en Europa la demanda sigue creciendo pero en menor medida.

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