Expertos y sindicatos urgen un plan para poder adaptar la industria auxiliar al coche eléctrico

UGT y CC. OO. piden reunir ya la mesa del auto para no perder este tren de desarrollo tecnológico. El sector demanda ayudas que permitan innovar, ganar en competitividad y aspirar a nuevos modelos.

Un operario trabaja en la cadena de montaje de la fábrica de Opel en Figueruelas.
Un operario trabaja en la cadena de montaje de la fábrica de Opel en Figueruelas.
Guillermo Mestre

Tres años. Ese es el plazo que tienen los proveedores para reaccionar ante el primer coche eléctrico 100% que salga de una cadena de montaje en España. Será el nuevo Opel Corsa y lo fabricará la planta zaragozana de PSA. Ser capaces de suministrar los componentes que necesita es el desafío para el que expertos y sindicatos urgen una estrategia que permita "electrificar" la industria auxiliar en España para que no se quede fuera de juego.

Roberto Scholtes Ruiz, director de Estrategia de la consultora UBS que acaba de publicar un estudio sobre el ‘Coche eléctrico, disrupción en ciernes’, destaca la necesidad de trazar un plan por parte del Gobierno y las asociaciones empresariales que les permita "volcarse en esta tecnología" e invertir en estaciones de servicio con electrolineras, así como mejorar la Formación Profesional (FP) y la universitaria para tener personal preparado. Para este experto hacen falta también "incentivos fiscales y no fiscales que den facilidades de aparcamiento y recarga en garajes, centros comerciales, oficinas y zonas públicas".

"La mayoría de marcas están anunciando modelos que entrarán en el mercado en 2019 y 2020 y, afortunadamente, Peugeot/Opel se une a esta tendencia", asegura Scholtes Ruiz, convencido de que la reducción en el precio de estos coches vendrá de "la mejora de la tecnología de baterías y de las economías de escala de la producción masiva, que a su vez harán posible la mayor disponibilidad de modelos, en las gamas media y baja, y por supuesto la mejora de las infraestructuras de recarga". Lo mismo piensa Benito Tesier, presidente del Clúster de la Automoción de Aragón. "Hay una relación directa entre la infraestructura de recarga y una mayor penetración del coche eléctrico. Todas las marcas están preparando los suyos: dependerá de la competitividad de las plantas españolas y de sus proveedores que esos modelos se asignen aquí".

El especialista de UBS asegura que el sector no puede dejar escapar esta oportunidad. "Aún siendo una excelente noticia para Opel, Aragón y España los grandes retos no están resueltos: el dominio de los productores asiáticos de baterías y motores y la falta de proyectos paralelos para instalar fábricas de baterías en España implica que las plantas en nuestro país podrían acabar como meras ensambladoras, con gran parte del valor importado de Asia y con pérdida de aportación de los fabricantes e industria auxiliar".

Un riesgo que a toda costa se debe evitar como han dicho los sindicatos esta misma semana. Que se pueda diseñar una estrategia de inversiones para localizar en Aragón el máximo de componentes para el coche eléctrico es lo que buscan al pedir la reunión urgente de la ‘mesa de automoción’. Quieren convertir la Comunidad en referente del coche eléctrico y definir qué partidas son necesarias en tecnología, innovación y formación. Y, además, pretenden hacerlo con la participación de todos: empresas, Gobierno, representantes de los trabajadores, centros tecnológicos, el CAAR y la Universidad de Zaragoza. Según Juan Arcéiz, responsable del Metal en UGT Aragón, "no se puede dejar perder esta ventana de oportunidad que se nos abre". Para CC. OO. con la decisión de PSA de fabricar en Figueruelas un eléctrico 100%, el primero del grupo, "se pone en marcha un tren con una potencia fantástica" que permite "crear un foco de desarrollo tecnológico y técnico".

Quedan dos años para lanzar el nuevo Corsa, a final de 2019, y tres para hacer realidad el Corsa eléctrico. Ambos, con plataforma de PSA, irán por la misma línea y la mayoría de las piezas serán comunes salvo el motor y los sistemas de transmisión. Ser capaces de producir y suministrar desde Aragón y el ‘polo ibérico’ –como llama el grupo francés sus fábricas y auxiliares en España, Portugal y norte de África– el máximo de componentes es el reto ahora.

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