Casa Matachín creará un centenar de empleos en la nueva planta que va a construir en Plaza

Adquiere una parcela de más de 70.000 m2 con el fin de ampliar la producción de derivados cárnicos. Multiplicará por ocho sus actuales instalaciones de Mercazaragoza tras descartar el traslado a Cataluña.

Imagen de archivo de una de las líneas de producción de Casa Matachín en Mercazaragoza. MASZOOM
Imagen de archivo de una de las líneas de producción de Casa Matachín en Mercazaragoza. MASZOOM
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La agroindustria no deja de dar buenas noticias a la economía aragonesa. Si a principios de año se anunciaba la implantación de Bon Àrea en Épila con la consiguiente creación de 4.000 empleos, ahora le toca el turno a Casa Matachín, que pretende construir una planta en Plaza que generará una centenar de puestos de trabajo cuando esté a plena producción. El objetivo es lograrlo en menos de dos años, según las previsiones apuntadas por la propia empresa.

Fuentes conocedoras del proyecto aseguraron ayer a este diario que la compañía aragonesa, especializada en productos preparados y derivados de carne de ave, ha cerrado la adquisición de una parcela de más de 70.000 metros cuadrados en la plataforma logística. Su objetivo es trasladar sus actuales instalaciones de Mercazaragoza, que se han quedado pequeñas para seguir creciendo en su principal negocio, la elaboración de productos precocinados. Desde la compañía se limitaron a señalar que la operación no estaba cerrada.

El Ejecutivo autonómico ha llevado las negociaciones con el máximo sigilo, ya que estaba en juego la permanencia en Aragón de la planta de Aves Nobles y Derivados SL, que opera bajo la marca Casa Matachín. La compañía está integrada en el grupo catalán Padesa desde 1996 y precisamente había una "seria amenaza" de que las instalaciones acabaran en la comunidad vecina, justo lo contrario de lo que ha ocurrido con Bon Àrea, de la Corporación Alimentaria Guissona.

A precio de mercado

Las citadas fuentes aseguraron que la operación se ha cerrado a precio de mercado, sin rebajas sobre las tarifas vigentes en la plataforma logística. Esto garantizará unos cuantiosos ingresos a la empresa pública, dependiente de la DGA, que superarán con creces los seis millones de euros.

El director general de Casa Matachín, David Botaya, nunca ha ocultado que sus planes inmediatos pasaban por seguir creciendo y aumentar los más de 60 productos cárnicos elaborados, lo que le obligaba a ampliar sus instalaciones. De hecho, llevaba varios años estudiando la posibilidad de trasladarse o ampliar su actividad en Mercazaragoza, donde concentra toda su producción en unas instalaciones de 9.000 metros cuadrados, repartida en siete naves. "Será una inversión importante", dijo hace ahora dos años, sin concretar los números por no estar entonces claro si se trasladaban de las instalaciones que ocupan en la carretera de Cogullada.

En plena expansión

Su apuesta por Plaza supone, por tanto, un salto estratosférico, al multiplicar casi por ocho la actual superficie industrial con el objetivo de incrementar su producción y abrir nuevas líneas de alimentos precocinados, como hizo hace un año al lanzarse al mercado del gazpacho y en las pasadas Navidades, con platos ‘gourmet’ preparados. En la actualidad, comercializa conservas, adobados, carnes elaboradas, empanados y platos preparados, cuya calidad está garantizada al poder controlar toda la cadena de producción.

La empresa comenzó en 2014 a exportar sus productos derivados de carne de ave y en su primer año logró abrir mercado en 17 países. Las ventas internacionales representaban entonces el 3% del total.

El hecho de que vaya a disponer de más de siete hectáreas de superficie no quiere decir que la planta ocupe todo el terreno, ya que la intención es disponer de suelo suficiente para futuros crecimientos y dar acomodo al movimiento de los camiones de distribución de los productos.

Su plantilla está compuesta en la actualidad por algo más de 400 trabajadores y con las nuevas instalaciones se prevé la incorporación de otro centenar a medio plazo, según apuntaron las citadas fuentes conocedoras del proyecto.

Para ello, el Gobierno de Aragón ha ofrecido todo su apoyo y colaboración a través del Instituto Aragonés de Empleo (Inaem), además de facilitar todas las ayudas posibles, como también ha hecho con otras empresas que han apostado por instalarse en la Comunidad en los últimos meses. La dificultad reside en las restricciones comunitarias, ya que el sector agroalimentario está excluido en el Tratado de Funcionamiento de la UE, como el propio director general de Economía, Luis Fernando Lanaspa, admitió el pasado martes en las Cortes en referencia a las subvenciones comprometidas a Bon Àrea.

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