“El diseñador debe pensar más en la experiencia del cliente”

Gus Desbarats, experto en diseño industrial, es canadiense de nacimiento y británico de adopción, dirige la firma Alloy, que fundó en 1999 y está especializada en el diseño de dispositivos de telecomunicaciones, aunque trabaja con empresas de todo tipo de sectores de actividad. Obligado a estar al día en todo lo que le concierne a la empresa, cree que el ‘Internet de las Cosas’ generará grandes cambios en las compañías y en la sociedad, como explicó durante su visita a Zaragoza para participar en el encuentro Diseña Forum.

Gus Desbarats durante la entrevista en Zaragoza.
“El diseñador debe pensar más en la experiencia del cliente”
Raquel Labodía

Dice usted en su perfil de Twitter que es un "hombre de muchos sombreros", por los distintos puestos que desempeña. ¿Cuál de esos sombreros le gusta más?

El sombrero que más me gusta es el de consultor en diseño. Ahí está mi alma. Eso es lo que hago. Lo que he hecho 35 años, con miles de proyectos. Nunca es aburrido. Un trabajo que da la oportunidad de ayudar a compañías a cambiar, a mejorar, y eso es muy reconfortante. El resto de cosas que hago son elecciones que surgen por mi carrera. He estado ocho años al frente de la Asociación de Diseñadores Británicos y también ejerzo como profesor de Diseño. En la empresa que fundé en 1999, Alloy, he ido cediendo responsabilidades a generaciones más jóvenes, lo que me resta estrés y me da la oportunidad de hacer cosas interesantes, como venir a Zaragoza.

Usted tiene que estar al día en todo lo que tiene qué ver con el diseño.

Sí, me lo exige mi trabajo. Alloy debe ser siempre capaz de ofrecer a los clientes las últimas prácticas en materia de diseño.

¿Diseña todo tipo de cosas?

Así es. Hacemos de todo, aunque nuestra primera especialidad es la vinculada a los servicios de conectividad en telecomunicaciones. Pero hemos diseñado para productos de gran consumo, desde sets de televisión a botellas de champú.

¿Hay algún producto que haya diseñado del que se sienta especialmente orgulloso?

Hay un par. Gané un Óscar por un producto técnico-digital para la edición de imágenes. El Óscar es por la calidad del producto, y eso es en lo que nos centramos en Alloy. Cuando diseñamos, nuestro objetivo es mejorar la experiencia de quien adquiere el producto. Así hemos trabajado siempre con British Telecom (BT) durante 25 años.

Y aún trabaja con ellos.

Sí. Nosotros creamos las especificaciones que van con los aparatos de la compañía. Nuestros desarrollos pueden permitir a BT ofrecer un servicio con el que los clientes pueden ahorrar miles de libras.

Cambia entonces la forma de verlo.

Nosotros hemos modernizado la definición de diseño industrial. Lo que estamos proponiendo ahora en el Reino Unido es promover una conducta hacia el diseño más moderna. Nos planteamos qué es lo que hacen los diseñadores que sea único y útil. Nuestra contribución pasa por anticiparnos a la conducta humana con la visión puesta en la innovación. Nos toca siempre pensar: ¿Y ahora qué hay que hacer? No tanto crear objetos, sino pensar más en la experiencia del cliente.

Tienen ustedes qué saber mucho de negocios, no solo de diseño.

Claro. Una de las cuestiones más importantes en los negocios es ver cómo diseñadores e ingenieros trabajan. Cómo el diseñador se gana el respeto del ingeniero. Cómo hacer que las compañías diseñen estratégicamente, utilizando el diseño como estrategia sin que esta sea cuestionada por los ingenieros. Eso pone más responsabilidad en los diseñadores y su profesionalidad.

Si yo quisiera trabajar con usted, ¿qué formación tendría qué tener?

Primero psicología y luego diseño (ríe). El problema para los diseñadores en el mundo moderno es que necesitan tener másteres en muchas tecnologías. El trabajo de un diseñador es muy amplio, debe entender que hay riesgos y cuáles son los costes de una tecnología. Debe trabajar constructivamente con los especialistas. La comparación que utilizo siempre es con el de director de cine, que crea un ambiente en el que trabajan todos, cada uno con su especialidad.

¿Cómo está cambiando su trabajo el ‘Internet de las Cosas’?

El Internet de las Cosas está pilotando cambios masivos. Primero porque no va sobre cosas, sino sobre el flujo de datos y los servicios. En realidad va sobre tres cosas: la recopilación de datos automáticos a través de sensores, lo que significa obtener información sin tener que escribir dato a dato; la posibilidad de compartir esos datos a la velocidad de la luz, y luego la utilización de la información para aplicarla.

Ahí entra el diseñador.

Ese es nuestro trabajo. Debemos responder a preguntas como ¿qué significa el ‘Internet de las Cosas’ para mi compañía? Porque lo que hacemos en diseño es conectar a la gente y a la tecnología con la misión de la compañía y la defensa de su marca.

¿Cuál es su visión sobre el diseño del futuro, qué podemos esperar?

Como la tecnología avanza cada vez más rápido y cada vez es más intrusiva en nuestras vidas, el diseño está cobrando cada vez más importancia porque el peligro es que la gente pierda el control.

¿No lo estamos perdiendo ya?

Sí, ya estamos ahí. El atractivo de internet ha generado mucha confianza donde quizás debamos ser menos confiados. Creo que el futuro pasa por tener más seguridad.

A los jóvenes quizás les importe menos.

A la gente no le importa tanto esa intrusión hasta que tiene una mala experiencia. Cuando vea esas consecuencias, la gente joven actuará en esto como la gente más madura. El papel del diseño será entonces más importante y decisivo.

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