En línea ascendente. Así va la cifra de negocio de Pikolin. Si en 2014 ya remontó un 4,5%, este último año ha triplicado esa cifra de crecimiento alcanzando una facturación superior a los 400 millones de euros. Estas mayores ventas se corresponden con un incremento en la producción de colchones que ha sido del 6% respecto al año anterior solo en la fábrica de Pikolin y sin contar con otras plantas del grupo como la de Pardo que también ha tenido un buen comportamiento.

La estimación de los datos de cierre de 2015 fue comunicada internamente ayer por la compañía al equipo de dirección y se dio traslado también a los representantes de los trabajadores. Como cada año, estas estimaciones se comunicaron verbalmente a falta de algunos detalles de consolidación fiscal.

Según fuentes conocedoras del balance, el repunte que ha tenido el segmento del descanso en el mercado español y también el auge de los mercados de fuera explican estos buenos resultados. Una mayor carga de trabajo y por tanto mayores pedidos que se ha traducido en que no haya habido que aplicar ningún día de ERE temporal, con vigencia hasta febrero de este año, durante 2015 –en 2013 se emplearon unos 34 días y unos 13 días en 2014– y que este año 2016 haya comenzado incluso con contrataciones de personal para la fábrica de Pikolin. Unos contratos que no se producían desde antes de la crisis, si bien en Pardo, empresa de camas de hospital adquirida en 2012, sí que los ha habido durante el pasado año.

Este crecimiento en facturación de Pikolin ya lo anticipaba a final de diciembre José Antonio González, consejero delegado del grupo. En respuesta a preguntas de HERALDO sobre expectativas para 2016, reconocía "una pausada recuperación del mercado doméstico que esperamos se consolide este año 2016". Eso, decía, unido al resto de mercados donde está presente la marca le ha permitido mejorar sus resultados. "En Francia, Grupo Pikolin está muy consolidado y en 2015 hemos alcanzado nuestro récord de facturación. Las ventas de las factorías del sudeste asiático también han experimentado una evolución positiva. En cuanto a las exportaciones, aunque nuestro sector está limitado por las características del producto que dificultan su transporte, hemos continuado con nuestras ventas en el este de Europa, Centroamérica y abierto nuevos mercados como Brasil".

Internacionalización y diversificación bien entendidas han permitido también a Pikolin afrontar el proyecto de una nueva fábrica en Zaragoza, un reto que está en marcha con varias fases. La primera de ellas se inició en 2011 cuando se inauguró el almacén logístico en Plaza.

En marcha la nueva fábrica

Aunque la crisis retrasó el traslado de las instalaciones de la carretera de Logroño hasta la Plataforma Logística de Zaragoza, las obras en marcha evidencian que no hay marcha atrás. El pasado verano empezó el movimiento de tierras junto a la Ronda del Ferrocarril de Plaza donde se levantan ya algunas paredes de las naves de la nueva fábrica. El traslado está previsto para el último trimestre del año. El grueso de la construcción se adjudicó en noviembre del año pasado a la UTE formada por Aragonesa de Caminos y Canales (ACYC), junto a la constructora valenciana Pavasal y la firma Elecnor.

Una inversión de más de 50 millones que supone "una clara apuesta por el futuro", según anticipó González en diciembre del pasado año. "Está previsto que la planta esté totalmente operativa a principios de 2017. El proyecto aportará a Pikolin importantes beneficios como mejoras en la productividad y la eficiencia de los procesos (por ejemplo con la cercanía del almacén y centro logístico); además, de las inmejorables condiciones logísticas de la zona por su fácil acceso por ferrocarril y a la red de autopistas".