Los carburantes tienen margen para bajar otro 6% si el crudo se mantiene en 30 dólares

Su cotización, que se negocia a diario en los mercados, también influye.

Un trabajador se dirige a repostar en una gasolinera de Andrews (Texas).
Un trabajador se dirige a repostar en una gasolinera de Andrews (Texas). spencer Platt (AFP
Spencer Platt (AFP)

La caída del precio de los carburantes aún no debería haber tocado a su fin, a pesar de que en las últimas semanas el precio de venta al público se ha reducido por la caída del crudo. Si el barril de petróleo se mantiene en el entorno de los 30 dólares, el coste que los conductores pagan por sus combustibles podría descender una media del 6% con respecto a las referencias actuales.


Los cálculos de la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP) indican que una caída del 25% en el coste de los productos petrolíferos en los mercados internacionales se traduce en una reducción media del 10% en el precio que el consumidor abona por repostar.


El coste del crudo se ha reducido ese 25% con respecto a la primera quincena del mes pasado, desde los 40 dólares en los que cotizaba entonces hasta los 30 dólares del pasado viernes. Sin embargo, en ese periodo, el coste del gasóleo lo ha hecho un 4%, desde los 1,005 euros que costaba repostar un litro a mediados de diciembre, frente a los 0,962 que se pagan ahora, según el último Boletín de Productos Petrolíferos de la Unión Europea. Es decir, al gasóil aún le restaría un margen adicional del 6% para completar su descenso y replicar la evolución que ha tenido el petróleo, hasta el entorno de los 30 dólares. De esta forma, el precio medio del diésel podría situarse en los 90 céntimos de euro.


En el caso de la gasolina, la caída sería superior al 5% hasta los 1,04 euros. ¿Cuándo podría hacerlo? El profesor de IESE, Juan Luis López-Cardenete, explica que "aunque el consumidor quiere ver reflejada la caída del crudo en la misma proporción que los combustibles, el petróleo está contratado, para bien o para mal, hasta seis meses antes con una cobertura que fijaba unos precios". Las compañías "evitan de este modo la volatilidad del precio".


En cualquier caso, las estadísticas de los últimos meses de altibajos en el coste del crudo muestran que la repercusión de la materia prima en los surtidores llega con un decalaje de hasta dos semanas. La evolución de los precios de los carburantes está muy condicionada por dos grandes factores: el coste de la materia prima y los impuestos. Las distribuidoras de gasolinas recuerdan continuamente que el coste del petróleo no condiciona directamente el de las gasolinas. "Lo hacen las cotizaciones de estos dos productos en los mercados internacionales, donde se negocian diariamente", recuerda Álvaro Mazarrasa, director general de la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP). Y aunque su coste depende del ‘oro líquido’ tienen "su propia cotización", explica Mazarrasa.Impuestos que influyen

Tanto el gasóleo como la gasolina se negocian en varias plataformas internacionales, aunque en el caso español suelen tomarse como referencias las del mercado del Mediterráneo (Génova) y el del Norte de Europa (Amsterdam). "Sus movimientos tienen una evolución diferente a la del crudo", explica Álvaro Mazarrasa. "Por ejemplo, este invierno tan benigno climatológicamente hablando –indica– la demanda del gasóil baja y por eso, su precio está más deprimido que el de la gasolina".


Todas estas variables se reflejan en los costes. El gasóil se ha distanciado claramente a la baja en los últimos meses con respecto a la gasolina, aunque después del pasado verano llegó a situarse por encima sin que ello supusiera que el litro del combustible de gasóleo superara al del combustible de 95 octanos.


Independientemente de estos costes de la materia prima en el mercado internacional, "hay que tener en cuenta que aunque el precio del crudo fuera de cero euros, los consumidores tendrán que pagar un coste relevante en el surtidor por los impuestos que se aplican", indica Juan Luis López-Cardenete.


De hecho, algunos expertos indican que aun con los derivados del petróleo con precios mucho menores de los actuales, los combustibles no bajarían en ningún caso de los 70 céntimos de euro por litro. Básicamente porque solo el Impuesto de Hidrocarburos supone una carga tributaria, de partida, de 44 céntimos por litro, en el caso de las gasolinas, y de 34 en el diésel, incluyendo el tipo máximo autonómico.


Además, hay que aplicar el IVA, del 21%. "Es uno de los mecanismos más eficaces que tiene el Estado para recaudar dinero", entiende López-Cardenete. A ello hay que añadir los costes de distribución y el margen que se lleva la compañía mayorista. En total, un 73% del precio es prácticamente fijo y sin posibilidad de cambio alguno.

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