La tuberculosis obligó a sacrificar 300 vacas en Aragón en 2015

El control sanitario se ha intensificado en las reses bravas para garantizar
su contratación en los festejos taurinos de verano.

Jesús Gonzalo-Asensio, Nacho Aguilo, Dessi Marinova y Carlos Martín Montañés
La vacuna contra la tuberculosis creada en Aragón es "muy segura" en humanos
Oliver Duch

Durante el pasado año se sacrificaron en Aragón alrededor de 300 vacas, todas ellas reses de lidia, que habían dado positivo en esta enfermedad que puede trasmitirse a humanos. El último caso se ha producido en una explotación de Gallur, donde han sido sacrificados 30 de sus 218 animales. En dicha granja ya se había detectado un caso positivo en marzo del pasado año durante el primer test realizado dentro de la campaña de saneamiento. Las pruebas de sangre, mucho más sensibles y realizadas seis meses después, demostraron que eran 30 los animales infectados y, por lo tanto, los de obligado sacrificio, por el que el ganadero recibe una indemnización.


Estos controles no son, sin embargo, una práctica inusual ni responden ahora a una situación anormal. Según explicó ayer el director general de Alimentación y Fomento Agroalimentario, Enrique Novales, las actuaciones responden al cumplimiento del programa nacional de erradicación de la tuberculosis bovina que implica el control de las explotaciones mediante análisis que se realizan cada seis meses y que obligan al sacrificio, con indemnización, de los reaccionantes positivos, y la inmovilización del resto de animales. Incluso se prevé la posibilidad de proceder al vaciado sanitario de la explotación cuando exista un grave riesgo para la salud pública u otra razón de índole sanitaria.


Novales detalló que el departamento de Desarrollo Rural ha intensificado la campaña en la ganadería de reses bravas porque de las casi 35 explotaciones que existen en la Comunidad, una decena están afectadas por la enfermedad. No se han dado casos, sin embargo, en ninguna de las explotaciones aragonesas de vacuno de carne y leche.


Lo que se pretende es, por supuesto, erradicar la tuberculosis, pero también que estas explotaciones estén "negativizadas" antes de que comiencen los festejos taurinos del verano para los que son contratadas las reses.

Garantía total

"Puede que las posibilidades de que transmitan la enfermedad a los humanos sean remotas, pero mientras haya el más mínimo riesgo no vamos a permitir que salgan vacas de explotaciones con positivo", señala Novales, que reconoce que en años anteriores ha habido una "cierta permisividad" que ahora la Consejería que dirige Olona no va a consentir.


"Ya hemos dejado claro a los ganaderos que aquellas granjas que no cumplan la ley sanitaria y, por lo tanto, tengan algún foco de enfermedad no correrán en los festejos", insistió Novales. Por eso, la dirección general de Alimentación y Fomento Agroalimentario ha comenzado desde principios de año a realizar los primeros análisis, con el fin de poder realizar en seis meses (antes de junio) una prueba más sensible que permita corroborar y garantiza la sanidad de todos los animales analizados.

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