Una herramienta informática permite a la agroindustria reducir su factura energética

Ha sido desarrollada por dos grupos de investigación y dos empresas zaragozanas.

Javier Uche y Javier Zarazaga, a las puertas del Circe del campus aragonés.
Javier Uche y Javier Zarazaga, a las puertas del Circe del campus aragonés.
Heraldo

Dos grupos aragoneses de investigación –el área de Recursos Naturales del Circe (Centro de investigación de recursos y consumos energéticos), liderada por Javier Uche, y el grupo de sistemas de información avanzados del I3A (Instituto de Investigación en Ingeniería), coordinado por Javier Zarazaga– junto con dos empresas zaragozanas –la ‘spin off’ Geospatiumlab y la consultora medioambiental Zeta Almaltea– son los artífices de una nueva herramienta informática que permite auditar el consumo de agua y energía en los procesos industriales de las empresas agroalimentarias. Un sistema que, como explican sus creadores, contribuirá a mejorar la competitividad de dichas industrias, ya que "permitirá una reducción de la factura hídrica y energética y la anticipación a futuras exigencias legales, tanto nacionales como internacionales, previsiblemente más restrictivas".


La herramienta, en la que se ha trabajado durante tres años y que se enmarca en el proyecto Optinagua financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, mide el uso de agua y energía de las industrias y, por lo tanto, contribuye a identificar no solo los posibles ahorros energéticos sino también los procesos industriales con los que dichas firmas pueden ser más eficientes.

Por especialistas

Tiene que ser una empresa especializada, como ya está haciendo Zeta Amaltea, la que maneje dicha herramienta, ya que la medición exige la instalación –que puede tener un carácter puntual– de diferentes sensores. Con ellos, según explicó el representante del I3A, Javier Zarazaga, se realizan las mediciones correspondientes y se emite un informe en el que se detalla el impacto ambiental generado, su valoración económica, así como la inversión necesaria y el periodo de retorno para realizar aquellas mejoras identificadas.


De hecho, esta herramienta informática traduce además la evaluación realizada "mediante un indicador global dividido en siete niveles de eficiencia similar a las etiquetas que ya existen, por ejemplo para los electrodomésticos o, más recientemente, para los edificios", explicó Zarazaga.

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