Banca internacional

Se acumulan las investigaciones por malas prácticas bancarias

A pesar de las nuevas multas por negligencias hipotecarias y en tipos de cambio y de interés, los expertos critican que no se persiga a los directivos.

Cuando ya han transcurrido cinco años desde el estallido de la crisis financiera, la casualidad ha querido que hayan coincidido en los últimos días varios casos de sanciones por mala praxis bancaria en distintas partes del mundo. Las irregularidades salpican a algunas de las mayores entidades y abarcan desde la concesión de hipotecas hasta los tipos de interés bancarios. El tiempo dirá, sin embargo, si se trata de episodios aislados o el verdadero inicio de un ajuste de cuentas más severo con el sector financiero. 


El caso que ha despertado más interés es el que afecta a JP Morgan, el banco más grande de EEUU y que afronta una multa de unos 9.400 millones de euros, la más elevada a una entidad en el país. Tras meses de intensas negociaciones, JP Morgan y el Departamento de Justicia llegaron recientemente a un principio de acuerdo sobre la cuantía de la sanción, aunque los detalles aún tienen que ratificarse. En los años previos a la debacle de 2008, JP Morgan -junto a otras entidades que adquirió después- concedió hipotecas basura, las conocidas como subprime, a colectivos que difícilmente podrían devolverlas y luego las revendió como productos financieros a inversores. A ambos no informó adecuadamente de los riesgos que entrañaban los préstamos.


La multa incluye compensaciones a los clientes y a los grupos que compraron los productos, y no libera a JP Morgan de posibles responsabilidades penales. Al banco, que resistió bastante bien la crisis, se le acumulan los problemas, pues afronta una decena de investigaciones judiciales más en EEUU, Reino Unido y China. Por ejemplo, tendrá que pagar unos 680 millones de euros por el escándalo de la llamada ballena de Londres: haber ocultado pérdidas masivas en su filial británica.


Pero, como es sabido, JP Morgan no es el único malo de la película de la crisis financiera que se originó en EEUU. Otros bancos también arriesgaron demasiado, como Bank of America, el segundo del país, y que afronta otra suculenta sanción por su negligencia con las subprime. En su caso, las negociaciones con la administración están menos avanzadas pero ha trascendido que el regulador inmobiliario prevé multarlo por unos 4.300 millones de euros. Además, está inmerso en varios procesos en los tribunales.


En cualquier caso no se trata de la primera penalización que reciben JP Morgan y Bank of America. Ambos bancos, junto a otros tres, ya fueron sancionados hace un año y medio por el Departamento de Justicia por «abusos hipotecarios». El conjunto de la multa fue de cerca de 19.000 millones de euros por haber incurrido en fraude en los trámites de ejecución de hipotecas y desahucios, lo que agravó el estallido de la burbuja inmobiliaria en EEUU, que afectó a unos dos millones de propietarios. Por si la mala praxis no fuera suficiente, los casos despiertan mucha más polémica, dado que la mayoría de las entidades se beneficiaron del plan de rescate de 2008. JP Morgan y Bank of America recibieron, respectivamente, 18.000 y 32.000 millones de euros en ayudas públicas, que devolvieron al cabo de un año.


¿Se ha castigado lo suficiente y a tiempo a los grandes bancos del mundo que cometieron irregularidades? Peter Henning, profesor de Derecho en la Universidad de Wayne, opina que las investigaciones son demasiado «lentas» y que, en general, se ha optado por sancionar a los bancos pero no a sus altos directivos, que son los que a la postre tomaron las decisiones. Como ejemplo menciona las actuaciones en EEUU de la SEC -equivalente a la CNMV española y que opera en el marco civil- y del Departamento de Justicia, que lo hace en el criminal. Henning sostiene, además, que pese a que las multas son elevadas «no paralizan» a las entidades, por lo que difícilmente las harán rectificar: «Quizás ya no cometan ese error pero sí uno nuevo».


Una tesis que parece cumplirse en otros países. Por ejemplo, el martes el presidente del banco holandés Rabobank dimitió tras acordar con las autoridades europeas, americanas y asiáticas pagar una multa de 774 millones de euros por la manipulación de los tipos de interés interbancarios Libor y Euribor. Sin embargo, el directivo se marchó para frenar la mala imagen, no porque estuviera acusado de dichas negligencias. A nivel mundial, este escándalo ha generado sanciones de 2.600 millones y ha salpicado a una larga lista de entidades, como la británica Barclays, la alemana Deutsche Bank o la suiza UBS. Las tres junto a la británica Royal Bank of Scotland están siendo investigadas, además, por otras irregularidades en el mercado de tipo de cambio de divisas. Cinco años después del estallido de la crisis, los casos de mala praxis se mantienen.