Economía

El ERE de Tragsa incluye 30 despidos en Aragón

La empresa pública ofrece 1.639 bajas en todo el país, de una plantilla de 9.800 trabajadores, por la caída de ingresos. Los sindicatos dicen que ?no se puede tolerar?.

Tragsa ha presentado a los sindicatos una propuesta de Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción de su plantilla y de la de su filial Tragsatec, de 1.639 trabajadores, el 16,6% de la plantilla formada por 9.858 empleados, ante la falta de carga de trabajo y la drástica caída de los ingresos.


Una medida que afecta a todo el territorio nacional, y que de llevarse a cabo, dejaría en Aragón a 30 trabajadores en la calle, de los más de 200 que forman parte de la matriz Tragsa y la filial Tragsatec. “No vamos a tolerarlo”, asegura Fernando Torrijo, representante de UGT en la empresa, ya que “no han querido hablar de bajas incentivadas, ni contratos de relevo ni jubilaciones anticipadas”.


A su juicio, la provincia de Huesca mantiene un nivel de trabajo alto, y “aunque Zaragoza y Teruel van más justos, con los contratos pendientes para este año se salvaban las cuentas con tranquilidad”. De ahí que vea otros intereses en la postura de la dirección. “Quieren desmantelar la empresa o privatizarla”, critica.


Tragsa es una empresa cien por cien pública, que forma parte del holding de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Sus trabajadores son considerados como personal público, por lo que han sufrido este año la eliminación de la paga extra.


Sus labores en Aragón son heterogéneas, pero tienen su base principal en el medio ambiente. Realizan regadíos, infraestructuras, limpiezas de montes y de cauces de ríos, labores de apoyo en catástrofes como riadas e incluso servicios para el Ministerio de Defensa en San Gregorio.


“Tragsa es viable cien por cien”, asegura Torrijo. Una visión compartida por Javier Barca, representante de CC.OO en Tragsatec. “Entendemos que el ERE a nivel nacional se debe a una reducción de encargos, pero en Aragón se está dando beneficios. Ninguno estamos de brazos cruzados y las previsiones de contrataciones futuras no eran malas”, argumenta.


En el caso de la filial, el ERE afectaría a cerca del 25% de la plantilla, la mayoría ubicada en Zaragoza. Los sindicatos critican que la empresa “ha dado beneficios todos estos años”, y no entienden que “el primero que está un poco más justo se decida despedir a tantos empleados”.


La dirección, por su parte, asegura que está abierta al diálogo y a la negociación, con la finalidad de alcanzar acuerdos que permitan la continuidad del mayor número posible de puestos de trabajo, y al mismo tiempo, contribuyan a garantizar el futuro del grupo.