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Un taller de confección zaragozano encuentra la medida

Conscientes de que había "mucho trabajo", estos tres empleados apostaron por reabrir el taller, después de perder su puesto de trabajo en la empresa, en la que llevaban muchos años.

Una empresa zaragozana
Un taller de confección zaragozano encuentra la medida para salir adelante tras su quiebra
EFE

Un grupo de trabajadores de una empresa zaragozana que quebró decidió arriesgar sus ahorros para reabrirla y hoy, casi un año después, han conseguido recuperar los clientes, captar nuevos y contratar a gran parte de los empleados despedidos.


Esta es la historia de JGH Handmade, nacida de las cenizas de Suit Spain, una empresa dedicada a la confección de trajes de caballero a la medida, que utiliza las mismas instalaciones, pero bajo la dirección de tres antiguos trabajadores.


Conscientes de que había "mucho trabajo", estos tres empleados apostaron por reabrir el taller, después de perder su puesto de trabajo en la empresa, en la que llevaban muchos años trabajando.


"Al cerrar Suit Spain, decidimos empezar a recopilar información de los clientes que podríamos hacer y los trabajadores que necesitábamos. Empezamos a hacer números y, de alguna manera, unos meses después abrimos la fábrica", ha comentado Juan Carlos Giménez, uno de los tres socios.


Los trabajadores realizaron varios cursos de polivalencia para poder desarrollar distintos puestos dentro de la empresa, tras lo cual se contrataron a dieciocho antiguos empleados de Suit Spain, muchos de ellos mayores de 45 años.

Ahora, diez meses después desde la apertura de la fábrica -en septiembre de 2011-, la empresa cuenta con 34 trabajadores contratados de forma indefinida.


"Estamos ahí ahí, es decir somos rentables, pero tenemos unas expectativas de crecimiento muy buenas sobre todo si acabamos cerrando algunos contratos que tenemos pendientes con firmas importantes como Burberry y Loewe", ha apuntado Giménez.


Con estas perspectivas, Giménez está totalmente convencido de que había "mucho trabajo" cuando Suit Spain decidió cerrar mediante un concurso voluntario de acreedores y despedir a los cuarenta trabajadores que quedaban y que, por entonces, llevaban más de cinco meses sin cobrar. "De hecho, habíamos firmado un contrato con Loewe, teníamos aquí todos los tejidos preparados para empezar a trabajar. Y se dejó todo sin hacer, las medidas y los clientes sin servir. Todo cerrado", ha recordado.

25 trajes diarios

La fábrica comenzó confeccionando unos quince trajes diarios cuando retomó la actividad y ahora elabora alrededor de 25, hechos de forma artesanal y, por supuesto, a medida, una cifra ligeramente inferior a la producida justo antes del cierre. "Podemos fabricar prendas de serie y no lo descartamos. De hecho, en la etapa anterior, llegamos a fabricar 250 prendas diarias para Burberry, pero nuestro reto como siempre ha sido hacerlo a medida, personalizado para cada cliente, como en las sastrerías de toda la vida", ha apuntado.


Los trabajadores que ahora componen la plantilla, la gran mayoría mujeres, han mantenido las condiciones laborales -contrato indefinido y mismo salario- y, aunque han perdido la antigüedad, reconocen que trabajan mucho más "a gusto" que antes.


Éste es el caso de María José Labena, que fue despedida el último día, tras llevar 17 años en la empresa y después de participar en la huelga convocada para reivindicar el pago de los salarios.


"Me puse muy contenta cuando me llamaron para ver si estaba dispuesta a volver. Estaba encantada, y ahora se trabaja con más confianza porque puedes hablar las cosas, no como antes que no podías decir nada", ha comentado.


También María Jesús Rejas, después de estar un año y medio en el paro, fue contratada de nuevo y trabaja "haciendo lo mismo que antes", pero con el "empeño" de que esto siga "adelante" para mantener los puestos de trabajo.


Giménez recomienda su experiencia a aquellos trabajadores que se vean en la misma situación y tengan "algo de ahorros" para llevarlo a cabo, porque es una forma de "salir a flote" en estos momentos de crisis económica.