Álvaro Negredo se enfrentará hoy al Real Zaragoza. Y La Romareda emitirá su veredicto, después de la puñalada asestada por el delantero, el pasado mes de agosto, al corazón del zaragocismo. Por entonces, el Real Madrid -su anterior equipo- había concretado ya el traspaso del jugador al conjunto aragonés; pero el compromiso adquirido por los clubes, que en un principio contaba también con la aprobación del futbolista, fue anulado horas después por el propio Negredo.

El delantero, contra todo pronóstico, optó por desestimar la propuesta del Real Zaragoza para marcharse finalmente al Sevilla. Sobre todo porque el equipo andaluz, al margen de ofrecerle mayores garantías económicas -percibe 1,5 millones de euros por temporada-, le brindaba también un proyecto deportivo de mayor envergadura.

Sea como fuere, su inesperada renuncia generó un malestar considerable en el conjunto aragonés. "Existía un acuerdo firme, tanto con el Real Madrid como con los representantes del jugador. Nos sorprende que el proceso haya tenido este desenlace", explicaba el entonces presidente del Real Zaragoza, Eduardo Bandrés, nada más oficializarse el fichaje de Negredo por el Sevilla.

"Los términos económicos estaban cerrados entre los dos clubes, y también con el jugador. Nosotros teníamos el convencimiento de haber fichado ya al delantero. No entendemos lo que ha pasado", añadía Bandrés, sin ocultar su indignación.

La pérdida de Negredo supuso un contratiempo mayúsculo para el Real Zaragoza, que ya no fue capaz de ejecutar la principal solicitud de su entrenador, Marcelino García Toral, quien reclamaba insistentemente la contratación de un delantero fiable, prestigioso, de realce internacional.

Hoy será la primera vez que Negredo, desde su desplante al Real Zaragoza, actúe en la capital aragonesa. Y no desempeñará precisamente un papel secundario en La Romareda, sino que representará la principal amenaza sevillista. Con la ausencia de Luis Fabiano, lesionado en las semifinales de la Copa del Rey, Negredo será la referencia ofensiva más destacada del Sevilla. Y se presenta en Zaragoza con el prestigio engordado, su capacidad anotadora intacta y con el sello distintivo de la internacionalidad.

Máxima eficiacia

De hecho, su potencial ofensivo le sitúa a la altura de los mejores delanteros de Europa: 13 goles en su primera temporada en el Almería; 19 dianas en el curso anterior, también con el conjunto andaluz; y siete tantos en el actual ejercicio liguero, ya con el Sevilla, en apenas 15 encuentros como titular. A pesar de su envergadura -1,87 metros-, Negredo no sólo se maneja con destreza en el juego aéreo; también se desenvuelve con acierto por abajo, con el balón en los pies, tal y como evidenció contra el Valencia el pasado domingo: su segundo gol resultó primoroso, de gran elegancia, con una vaselina precisa, minuciosa, detallista.

Nada que ver con su actuación más reciente, en la Copa del Rey, cuando fue sustituido en la primera mitad por el centrocampista Romaric. La controvertida decisión de Jiménez generó un colosal enfado en el jugador. Y hoy, sin duda, tratará de restituir su prestigio.