CARRERA

Una QH por un buen fin

El preparador físico Toño Martí vuelve a poner al límite a su cuerpo, y ya prepara su próxima hazaña con un fin benéfico -AFEDAZ Alzhéimer Zaragoza- que tendrá como protagonista la XX Quebrantahuesos.

Toño Martí, concentrado y con sus armas de deportista, en el Parque del Agua.
Una QH por un buen fin
CONCHI AISA

Toño Martí nunca ha pretendido ser un héroe. Él es un deportista que asume el riesgo por la satisfacción de hacer algo por los demás. En 2003 puso en marcha una "trilogía" de proyectos deportivos, que se incrementaban en dificultad y duración, cuyo denominador común era sensibilizar al público por una causa social. En 2010, este zaragozano cierra el círculo de sus gestas con un nuevo "reto emocionante" con el que pretende llamar la atención sobre una enfermedad, el alzhéimer. Y su aventura la enclava dentro de una cita sobresaliente en el calendario cicloturista internacional: la Quebratahuesos, que cumple su vigésimo cumpleaños el próximo 19 de junio.

"Se puede definir como una Quebrantaman", arranca Martí. Y entra al detalle: "Va a consistir en hacer un 'ironman', la prueba más exigente del triatlón, adaptada a la Quebrantahuesos: así, completaré 4,3 kilómetros de natación en la piscina de Sabiñánigo que empezaré a las tres de la madrugada; 205 kilómetros de la prueba ciclista, que trataré de iniciar a las cinco, para acabar con 48 kilómetros de carrera a pie". Como todas sus hazañas, también ésta tiene un tope de tiempo -"17 horas"- y una recaudación solidaria: 36.000 euros que irán destinados a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer (AFEDAZ) y, especialmente, a la nueva residencia que se va a construir en Valdespartera y al centro de investigación. Para ello, ya se han repartido los 18.000 boletos en tres establecimientos (Holmes Place, La Bellota y Café del Tibet) donde se pueden adquirir al precio de dos euros cada uno.

Es difícil explicar cómo una persona siente el impulso de poner su cuerpo al límite. "Por un deseo eres capaz de hacer cualquier cosa. El fin puede justificar el extremo", argumenta. Con 47 años, Toño Martí se conoce muy bien y no puede vivir sin esa tensión que le da el movimiento. "La actividad física la necesito para mi estabilidad mental y emocional", resalta. Para este preparador físico, entrenador personal, ultrafondista y hombre de gran corazón, el deporte simboliza motivación, esfuerzo, sacrificio e ilusión. Su mujer, Teresa, y su hija, Paula, son los soportes que sujetan al Toño que multiplica las horas del día para conciliar la vida laboral, familiar y deportiva.

Todo empezó en 2003, cuando cumplió con éxito su primera empresa, las "24 horas non stop" (214.850 pedaladas sobre una bicicleta estática). Su objetivo fue dar a conocer la labor de la Fundación Down Zaragoza, colectivo con el que mantiene una especial sensibilidad por motivos familiares. La segunda parte de la trilogía llegó en 2005, "Límite 36", un cuatriatlón (21 kilómetros de natación, 350 de bicicleta estática y un maratón al trote) que tuvo la misma dedicatoria. La siguiente empresa, por su dureza, asustaba: cuatro 'ironmanes', la prueba más exigente del triatlón (3,8 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y 42,191 de carrera a pie), en ochenta horas. Pero la iniciativa 'Cuatro 80', que se iba a materializar este verano se tuvo de suspender. "Me detectaron una condromalacia rotuliana, una desviación en la rodilla derecha, y tuve que parar los entrenamientos durante tres meses. Así, que nos vimos obligados a hacer una prueba más 'pequeña' pero, quizás, más exigente", apunta Martí. El hecho de enfrentarse con la bicicleta a un medio tan diferente al que ha tratado hasta hora le "impone". "Todas las actividades han sido 'indoor' y ésta es, prácticamente, al aire libre. La Quebrantahuesos es severa, pero también será agradable disfrutar de la montaña, del paisaje, respirar aire fresco. Quizás, el principal hándicap sea el clima, que llueva, haga viento o un calor extremo", detalla.

Son varias las personas que se han implicado en esta iniciativa que Toño Martí ha moldeado de forma muy personal. "Voces autorizadas", como las define: los preparadores Ángel Santamaría, Javier Quílez y Fernando Beltrán; el médico Nasser Isar; el fisioterapeuta Eduardo Soguero, sus compañeros del Holmes Place... "Y dos anónimos que me han echado una mano económicamente, ya que ninguna institución ha querido aportar nada". El deportista inicia la cuenta atrás para el último reto apasionante.