BÁDMINTON

Un bilbilitano en Pekín

El jugador de bádminton Pablo Abián se ha convertido en el primer aragonés en conseguir matemáticamente una plaza en los Juegos Olímpicos de 2008

Aragón ya tiene rostro en los Juegos Olímpicos de Pekín. China ha dejado de ser un sueño para el bilbilitano Pablo Abián, que ya se ha asegurado el billete hacia la gran cita deportiva, después de recorrer el mundo con su raqueta de bádminton en la maleta. Ha disputado torneos en los cinco continentes en menos de un año. Todo para sumar los puntos necesarios que le abren las puertas milenarias de Oriente. Durante este largo trayecto preolímpico, el joven, de 22 años, ha tenido tiempo incluso de hacer historia cuando terminó quinto en el Europeo de Herning (Dinamarca) del pasado fin de semana. "Es la mejor plaza que un español ha conseguido en individual masculino", aclara el deportista, natural de Calatayud.


Detrás de este logro se esconden muchas horas de esfuerzo y miles y miles de kilómetros en avión. "Este verano estuve en Nueva Zelanda, Melbourne, Los Ángeles y, después, volví a Australia. Milán, Iraq, Dinamarca, Perú o India han sido otros de los lugares a los que he tenido que viajar durante un año", explica el jugador, que milita desde este año en el Ibiza Bádminton Club, y que ha cruzado el globo terráqueo en compañía del equipo preolímpico español. Sin duda, una agotadora aventura con sus anécdotas, sacrificios y recompensas. "Cuando iba de Los Ángeles -allí participé en un Internacional para el ranquin mundial de nivel GP- a Melbourne (Australia), no sé cómo terminé en la ciudad norteamericana del mismo nombre. Tuve que deshacer el viaje, regresar a Los Ángeles y volver a cambiar el destino. Al final llegué el mismo día en que empezaba la competición", recuerda Abián.


La Federación Internacional de Bádminton cerrará el próximo 30 de abril la clasificación mundial y el 1 de mayo hará públicos los nombres de los jugadores que asistirán al encuentro olímpico. Sin embargo, y aunque no tenga el rango de oficial, Pablo está clasificado de forma matemática con cerca de 24.000 puntos y la 44ª posición en el ranquin mundial. "Quiero esperar a que se haga público, pero de todas formas estoy muy contento porque he logrado mi objetivo de llegar a unos Juegos. Un deportista ansía estar en ellos", asegura el jugador, que vive y entrena en la Residencia Blume de Madrid.


Sus rivales le conocen como el muro, por su gran fortaleza mental y sus cualidades defensivas, Pablo Abián se trasladó hace cinco años a la capital española para estudiar INEF y prepararse en el Centro de Alto Rendimiento a las órdenes de Fernando Rivas. Desde 2007 juega por la Federación Balear, ya que antes lo hacía por la madrileña en el Paracuellos.


Todo comenzó en Calatayud


La pasión de Pablo por el bádmintón la heredó de su familia cuando tenía 6 años. "Mi padre es profesor de Educación Física en Calatayud y formó un club, el San Íñigo. Mi hermano mayor Javier y mi hermana María jugaban allí. Luego llegué yo, el pequeño, y me gustó", narra sus comienzos. Pablo también practicaba fútbol sala, pero al final se decantó por golpear los volantes. "Con el bádminton conseguía títulos a nivel comarcal, luego nacionales y eso me animó a seguir", señala.


En mayo finaliza el trotamundos que tienen como calendario antes de llegar a Pekín. "Me falta por disputar el Campeonato Mundial Universitario y el Nacional. Supongo que después iremos a entrenar a China", apunta. Cuando finalicen los Juegos Olímpicos, Pablo quiere relajarse y dedicar tiempo a sus amigos, a su familia y, sobre todo, a descansar donde todo comenzó, en Calatayud.