Sonia Lafuente accede a la final

Al igual que Javier Fernández, Sonia Lafuente, aunque con apuros, cumplió su objetivo de clasificarse para la final e hizo historia en Vancouver 2010, en los segundos Juegos Olímpicos con presencia de una patinadora española. La joven canaria, de 18 años, se ganó su participación en el programa libre gracias a la vegésimo segunda plaza de las 24 que daban acceso al programa libre, en una emotiva jornada marcada por el tercer puesto y las lágrimas de la canadiense Joannie Rochette, tercera en el corto solo tres días después de la muerte de su madre.

A ritmo del 'Libertango' del argentino Astor Piazolla, Sonia Lafuente se convirtió en la novena mejor patinadora europea en el programa corto, aunque hubo ausencias destacadas y otras rivales a priori superiores a la española fallaron de forma inesperada y ni siquiera accedieron a la final. La canaria calificó de "éxito" su participación en la final (la próxima madrugada, a las 2.00), tras firmar la mejor nota de su carrera, después de cometer "algunos fallitos y perder algunos puntos".

Sonia, especialista en saltos, fue penalizada por realizar una pirueta baja y reconoció que la final "está justa, con bastantes patinadoras del mismo nivel". "Dependerá de cómo patinen todas", apuntó con vistas al inminente programa libre la segunda española olímpica en patinaje artístico, 12 años después de Marta Andrade.

Sonia Lafuente tuvo que actuar en la primera posición, pero aseguró no haber acusado en exceso los nervios por esa circunstancia que la impidió tener alguna referencia. "El calentamiento ha ido bien y he salido a hacer el corto sin presión y estoy bastante satisfecha, a pesar de un par de errores", reiteró la joven que finalizó 17ª en los recientes Europeos de Tallin y que en Vancouver tiene la posibilidad de mejorar el 20º puesto logrado por Marta Andrade en Lillehammer'94, antes de repetir en Nagano'98.

Con su mejor puntuación de siempre en un programa corto (49.74 puntos), Sonia dio el primer paso con una meritoria actuación en una disciplina dominada en la cita olímpica por las asiáticas Kim Yu-Na (surcoreana, con música de James Bond de fondo) y Mao Asada (japonesa) y la norteamericana Rochette, la subcampeona mundial que ante su público puso el pabellón en pie al dedicar su actuación a su madre fallecida el pasado fin de semana. "Lo he hecho por ti, mamá", dijo a las cámaras la patinadora canadiense. Se movió bajo los acordes de otro tango, 'La Cumparsita', y al acabar rompió a llorar, al igual que su padre, que se encontraba en la grada.

Rienda decepciona

Mientras, la esquiadora española María José Rienda se despidió a las primeras de cambio de los Juegos, tras no poder clasificarse para la segunda ronda de las eliminatorias de la prueba de Gigante, al igual que sus compañeras Carolina Ruiz y Andrea Jardí.

La granadina, de 34 años, que cumplía su quinta participación olímpica, completó el recorrido con un discreto registro (1:21.22) en la cuadragésima quinta posición, corroborando su dubitativo estado de forma actual. Carolina Ruiz, que fue decimoquinta en Descenso y decimoctava en Supergigante, terminó en el trigésimo quinto puesto (1:19.17), mientras que Andrea Jardí completó su estreno olímpico en cuadragésimo segundo lugar (1:20.41).

La norteamericana Lindsey Vonn, oro en Descenso y bronce en Supergigante, no superó el corte por una caída. En la primera manga, la más rápida fue la austriaca Elisabeth Goergl, quien superó al resto al marcar un cronómetro de 1:15:12. La segunda ronda se retrasó debido a la intensa nevada caída en Whistler.