SD HUESCA 2-1 LEVANTE

Reacción a tiempo

El Huesca se sobrepuso a un primer tiempo decepcionante y a la expulsión de Rubén Castro y firmó un triunfo vital. Vegar, en dos ocasiones, fue el goleador oscense.

Menos mal que Calderón deshizo el rombo en el descanso, porque de una primera parte horripilante se pasó a un segundo tiempo sin un minuto de desperdicio. Vegar fue el triunfador de la feria con dos orejas y petición de rabo. El pequeño zurdo se echó el equipo a la espalda para liderar una remontada que devuelve al Huesca a la aristocracia de la Liga. Goles, penalti polémico, expulsiones, cambios discutibles... la subjetividad del fútbol al desnudo para justificar el precio de la entrada. Melero López, al que todavía le reconcome la conciencia por la tarjeta que enseñó a Helguera en Tenerife, también echó una manita. Dejó al Levante con nueve en un exceso de celo (por utilizar un eufemismo) y así neutralizó la tontería que le costó la roja a Rubén Castro.


Saltó al campo un sucedáneo del Huesca, un equipo desangelado, sin rabia en el gesto, sin armonía ni concierto, sin saber qué hacer para tener el balón, impotente ante un Levante superior. Es verdad que no estaba Sastre, pero no se pueden reducir todos los males a la ausencia de su oferta imaginativa. Hay que trabajar las alternativas, intentar explotarlas, buscar otros caminos para la descongestión, para huir del gorrazo por sistema.


Es la veleidad de la pizarra. Un día el rombo es maravilloso y otro día su geometría es dañina por más entusiasmo que le pongan los intérpretes. Y más aún con el Levante haciendo una tesis doctoral sobre la ocupación racional de los espacios y la estrategia ofensiva en saques de banda y faltas. En una de ellas llegó el tanto de Geijo. Incomprensible que este delantero no juegue en Primera.


La espesura tiene un cierto perdón, sobre todo si delante hay un equipazo. Por más que hayan pasado tres meses, que resulte jugoso acostumbrarse a lo bueno, no se puede ignorar que esto es el Huesca, un modesto entre los modestos, con mimbres de Segunda B y apaños a precio de saldo que aquí se están revalorizando cada día que pasa.


Calderón también aprende en la arena. En el descanso puso una línea de cuatro en el centro del campo con Vegar alojado en la cal y Camacho ayudando a Helguera en la salida del balón. Con ese simple movimiento apareció un escenario radicalmente distinto. El Huesca empezó a competir.


Una mano de Ángel, nunca mejor dicho, sirvió para que Vegar empatase de penalti. Si le dio queriendo o sin querer, si la tenía pegada o despegada quién lo sabe, el caso es que el asistente convenció al juez principal de que aquello debía ser pena máxima. Solo tres minutos después, Rubén Castro soltó una patadita infantil y a destiempo. Un segundo de ofuscación, de cruce de cables en una mente que trabaja con tanta genialidad como anarquía.


Por suerte, a Melero le quemaban las tarjetas en el bolsillo y lo pagó el Levante. Diez contra diez, el Huesca de la reanudación también demostró que no tenía nada que ver con el del primer tiempo. Camacho seguía armando el taco y Vegar coronó su magisterio con un golazo de cabeza.


Calderón metió a Medina por Roberto García. Se escucharon algunos pitos de desaprobación, anulados enseguida por la tremenda ovación al Torreta. El chileno salió frío. Quitarse a Roberto parece un mensaje de repliegue a la guarida. Menos mal que el lobo no llegó a hincar el diente. 

Ficha técnica


Huesca 2

Levante 1


Huesca Eduardo; Robert, Corona (Borrego, 46), Dorado, Ripa; Helguera; Edu Roldán (Felipe Manoel, 83), José Vegar, Camacho; Roberto (Nico Medina, 74) y Rubén Castro.


Levante Reina, Cerra, Ballesteros, Yago, Ángel Sánchez; Pallardó, Samuel, Parri (Larrea, 71), Pina (Del Moral, 81); Geijo y Nadal (Rubén, 72).


Goles: 0-1, min. 34: Geijo. 1-1, min. 54: Vegar de penalti. 2-1, min. 70: Vegar.

Árbitro: Melero López. Expulsó con cartulina roja directa a Rubén Castro. Amonestó con cartulina amarilla a Corona y Camacho, Geijo y Samuel. Rubén y Pallardó, del Levante, fueron expulsados por doble amarilla.