CAI ZARAGOZA

Primer enemigo de Angulo

Se enfrentará a Luis Guil, que en su debut ha llevado al Alta Gestión Fuenlabrada a ser una revelación en la ACB.

Luis Guil se frota las manos en el anterior partido contra el CAI Zaragoza.
Primer enemigo de Angulo
MAITE FERNÁNDEZ

Trabajaba en banca. Llegó pronto al mundo financiero. Con 25 años ya dirigía una sucursal de Caja Madrid. Desde el principio de esta campaña, los créditos de Luis Guil (Sevilla, 1971) se manejan en el banquillo del Alta Gestión Fuenlabrada, al que ha llevado a cosechar grandes beneficios en su debut como técnico en la ACB. Un presupuesto pequeño e inversiones deportivas arriesgadas para acabar por estar revalorizado como una de las revelaciones de esta campaña tras ejercer varios años de coordinador de cantera en su actual club. Ese será el rival a batir en el primer duelo técnico de Alberto Angulo en ACB.


Su voz ronca le delata. Consume sus cuerdas vocales con sus desgañitadas órdenes. Algo que repite domingo a domingo en la banda. Guil, a pesar de haber rozado la clasificación para la Copa del Rey, solo maneja entre manos el objetivo de la permanencia. "El del CAI es un partido importante", aclara el técnico fuenlabradeño. "Tenemos que intentar sumar para salvarnos lo antes posible". Sus cuentas están saneadas: 9 victorias y 10 derrotas. "Todas competidas. Las hemos podido perder y ganar". Se sitúan en la octava plaza, que da derecho a jugar los 'play off'. "Tenemos que sumar 11 o 12 partidos ganados. Ahí hemos cifrado la salvación. Después, ya trabajaremos con calma para seguir mejorando".


Al hispalense el rival le preocupa. Asegura que el CAI tiene muy buenos activos, pero que no han dado la rentabilidad esperada. "A lo largo de la Liga han tenido oportunidades de sumar y no han podido. Por ello han entrado en una dinámica negativa", aclara, a la par que muestra su convicción de que la plantilla tiene capacidad como para lograr una salvación holgada.


El ex seleccionador español en categorías inferiores alerta del estímulo que puede suponer el cambio en el CAI Zaragoza. "Surge una motivación extra por parte de los jugadores. Los que juegan poco se esforzarán para ganar algún minuto, y los que tenían un puesto fijo, para no perderlo. Es un plus que nosotros no tendremos", analiza. La llegada de Angulo le ha obligado a abrir unas cuantas interrogaciones en el 'scouting' a la espera de sorpresas. "Se le veía con cabeza de técnico desde años antes de que se retirase y lo ha llegado a materializar", afirma. No duda de la valía del zaragozano como técnico. "Tanto el club como él mismo han mostrado una gran confianza".


Este particular 'broker' cree que su éxito sobre el parqué se debe a "un grupo talentoso". "Siempre te lo hace más fácil a la hora de querer rendir con gran intensidad", explica. Como principales valores del equipo de trabajo, Brad Oleson y Saúl Blanco. El de Alaska, una referencia en alza desde que abandonó el mercado de la LEB -es el segundo anotador de la Liga-, acapara el peso del ataque. En la dirección apostó por la veteranía de López y el descaro de Valters y, para completarlo, una batería interior que cuenta con PJ Ramos, el techo de la Liga; así como con otro decano como Bueno o la inspiración del trabalenguas Tskitishvili. Juega sus partidos al ataque, con cifras altas. No son de negocios pequeños (82 puntos por encuentro), pero tampoco de los que cierran bien la defensa (80,32).


Para él nunca es suficiente. Siempre quiere más. Ley de oro en el mercado bursátil. Espíritu contagiado a sus pupilos. "En este equipo se ha juntado calidad y ambición. Por ejemplo el otro día en Gran Canaria, perdíamos de diez a falta de 90 segundos y no dimos el encuentro por perdido", explica. Eso bien le ha reportado la opción de mirar más arriba. En su año del estreno en ACB, lo suyo ha sido alta gestión en Fuenlabrada. Este es el primer enemigo de Angulo.