MONTAÑISMO

Pauner ya está en el campo base del Lhotse

Hace poco que llegamos al campo base del Lhotse, común al del Everest, a 5.400 metros de altura.

Hace poco que llegamos al campo base del Lhotse, común al del Everest, a 5.400 metros de altura. Abandonamos Katmandú para coger un vuelo al Luckla, puerta de entrada del valle del Khumbu. Desde este lugar, un helicóptero pequeño nos trasladó hasta Lobuche, a 4.900 metros, lugar donde pasamos todo un día. Pese a tener aclimatación previa, el cambio tan brusco que supone para el organismo pasar de 1.000 a 5.000 en unos minutos, lo hemos notado bastante. De pronto, nuestros cuerpos pasan a tener que vivir con la mitad de oxígeno. Pese a que ahora pueden hacerlo, el proceso de acomodación es lento y no nos hemos sentido muy ufanos en estas horas anteriores.


Hoy (por ayer) por la mañana, hemos caminado unas tres horas hasta llegar a nuestro campo base. Es impresionante la cantidad de gente que hay aquí. Por mucho que ya se haya visto otras veces, no deja de impresionar ver cómo una pequeña ciudad de lona se extiende por doquier. Hacia cualquier parte que se mire se ven tiendas de campaña. El desorden es absoluto e incluso el aspecto es de hacinamiento entre unos campos y otros. Nosotros no nos podemos quejar. Al haber mandado por delante a nuestro "staff", ahora ya tenemos todo colocado aquí arriba.


Muy cerca nuestro se encuentra la expedición de los militares de la Escuela de Alta Montaña de Jaca. Nos han recibido con cariño y la verdad es que nosotros nos alegramos de que todo les esté marchando bien hasta la fecha.


Ahora, tenemos que acostumbrarnos de nuevo a esta situación. Hay que hacerle entender al cuerpo que de nuevo tiene que volver a la carga, que tiene que prepararse para soportar la altura extrema. No va a ser fácil. Quizás es el aspecto que más me preocupa de la expedición.


Si tras unos días de reposo el tiempo nos da una oportunidad iremos para arriba, poco a poco, pero sin volver la vista atrás. Aprovecharemos nuestro intento hasta el máximo y con el resultado que logremos, volveremos abajo, satisfechos del triunfo, o por lo menos satisfechos de haber sido capaces de volver a luchar de nuevo en la alta cota tras todo lo acontecido. De momento estamos tranquilos, establecidos en nuestro nuevo base y confiados en que el Lhotse nos va a brindar una oportunidad.