MARATÓN

Nueva York, mucho más que la meta

Maratón Antonio Gascón Langarita, de 42 años, comenzó a hacer atletismo hace apenas tres. Ha cambiado los 40 cigarrillos que devoraba al día por 40 kilómetros de carrera. El día 1 correrá el maratón más famoso del mundo

Antonio Gascón, en la redacción de Heraldo.
Nueva York, mucho más que la meta
JM MARCO

Siempre me lo tomé como un reto. Primero, hacer deporte, correr. Luego, correr grandes distancias. Después, poder completar un maratón. Y, finalmente, correr el maratón de Nueva York. No pretendo conseguir una marca determinada, sino ser feliz a través del deporte. Sé que no voy a alcanzar ningún récord mundial, pues he comenzado muy tarde a correr. Solo pretendo sentirme realizado a través del atletismo. Y el maratón de Nueva York es un reto mayúsculo". A la carrera, Antonio Gascón, un atleta zaragozano de 42 años, desgrana los motivos, la razón de ser de su lucha, que el próximo día 1 de noviembre le conducirá hacia una de las metas más deseadas por un corredor, el maratón de Nueva York.

 

Independientemente del paso por la Gran Manzana, por Manhattan, por el puente de Brooklyn, de las imágenes propias del maratón concreto de Nueva York, cualquier maratón encierra un contenido mágico. Todo es distinto en una meta de un maraton. Cuando finaliza una carrera de 1.500 metros o 5.000, ningún atleta, salvo los ganadores, celebra la llegada. En el maratón festejan la llegada todos. No gana el que llega primero. Gana el que llega. He ahí, además de en su indiscutible contenido mítico, el secreto de la prueba, su fascinante atracción.

 

El barón Pierre de Coubertin no dudó a la hora de incluir la prueba de maratón como elemento básico de los Juegos Olímpicos en la era moderna, en 1896. Regreso al pasado, al mar Egeo, al ataque de los persas a Atenas. El origen de la carrera se halla en la gesta del soldado griego Filípides, que en el año 490 a. C. murió de fatiga tras correr los 40 kilómetros que separan Maratón de Atenas para anunciar la victoria sobre los persas. La hazaña de Filípides le dio eterno nombre al recorrido.

 

Maratón equivale a reto. Así lo entendió Antonio Gascón. La historia del nuevo seguidor de Filípides tiene su miga. "Ninguno de mis amigos ni familiares se lo creería si se lo hubiera dicho hace tres años. Hasta 2006 no corría. Me dedicaba a trabajar en los talleres del Heraldo y a mi familia, a mi mujer, Carmen. Prácticamente no hacía deporte. Además, fumaba muchísimo: dos paquetes de tabaco al día", se arrancó Antonio.

La llamada del deporte

Un día todo cambió. ¿Por qué no cambiar 40 cigarrillos por 40 kilómetros?, pensó el hasta entonces entregado fumador. "Estaba en Beceite, donde tengo una casa para descansar. Un día salí a pasear con mi mujer, Carmen, y me encontraba fatigado, cansado. Medité dejar de fumar. Engordé y decidí comenzar a hacer deporte. Además, con los 120 euros que ahorraba al mes en tabaco, hice un viaje a Nueva York con mi mujer. Estando allí, decidimos regresar a la ciudad para correr el maratón", continuó Antonio.

 

"Fui a unos almacenes y me compré ropa deportiva. Comencé a trotar. Al principio, no podía ni con el pelo. Recuerdo que el primer día que salí a correr a la calle, me tuve que dar la vuelta a los pocos metros. Yo creo que no corrí ni 300 metros. Pero no bajé los brazos. A los cuatro meses, ya corría 10 kilómetros. Comencé a conocer gente. La experiencia comenzaba a ser maravillosa", explicó Gascón.

 

El hallazgo de un técnico que orientara todo su esfuerzo fue decisivo. "Di con José Luis Mareca, que me ha enseñado muchísimo. He aprendido mucho de él. Desde entonces, comencé a hacer unos tiempos que están bastante bien para una persona con mis condiciones. Ahora hago los 42 kilómetros en tres horas y 45 minutos, que no está mal para una hombre como yo que lleva cuatro días en esto. Eso sí, la satisfacción es enorme. Me siento un hombre nuevo. Corrí el maratón de Zaragoza en 2007 y 2008. La meta de Nueva York la tenía cada vez más próxima, más cercana", insistió Gascón.

 

"Estoy preparado para correr. Es un maratón dura. No es un recorrido llano, como en Berlín, en Holanda o Zaragoza, que también está muy bien. Hay muchos vaivenes. Se han inscrito 42.000 atletas. La inscripción cuesta 173 euros. Entre todo, el viaje y la estancia me saldrá por 3.000 euros. Iré con mi mujer. Jamás lo podría pensar hace solo tres años, pero el deporte tiene estas cosas", concluyó Antonio Gascón.