CAI ZARAGOZA

Muy lejos del jaque mate

El técnico José Luis Abós cada vez mueve peor sus piezas sobre la cancha. Ayer castigó a Quinteros nada más comenzar, se empeñó en poner a Barlow o Toppert y se enfadó con Chubb. Mala pinta.

José Luis Abós, en una imagen de archivo.
Muy lejos del jaque mate
ACB MEDIA

De acuerdo que no estaba Carlos Cabezas, el base titular, y que finalmente no pudo contar con su principal ala-pívot Pablo Aguilar. Pero ni siquiera eso es excusa para los malos movimientos de piezas realizados ayer por el entrenador del CAI José Luis Abós. Sus rotaciones ante el Unicaja resultaron incomprensibles y esa fue otra de las causas de una merecida derrota en Málaga. Una vez más castigó a uno de sus hombres, en este caso Paolo Quinteros nada más arrancar el duelo, después se empeñó en tener en cancha a Barlow o a Toppert, quienes ayer no estaban nada finos; y llegó a enfadarse tanto con el australiano como con Adam Chubb por su endeblez defensiva que propició canastas fáciles del rival. Un pequeño despropósito que no tiene muy buena pinta. El ajedrez sobre una cancha de baloncesto no parece ser el fuerte de un Abós que no logró ni el jaque ni el mate.


Quizá lo más sangrante de todo lo ocurrido ayer fue la ausencia de Quinteros de la pista durante mucho tiempo. No se habían disputado ni los tres primeros minutos cuando el entrenador rojillo sentó al argentino. Es verdad que había hecho malas selecciones de tiro apurado por el tiempo de posesión, pero no era para tanto y el duelo acababa de comenzar. Pero lo más grave no fue que lo sentara, sino que lo tuviera castigado en el banco hasta mucho después.


Sólo le dio entrada de nuevo cuando Miso cometió algún error en el lanzamiento. Y ya era muy tarde, el partido estaba decidido. Aún así, el propio Quinteros le demostró en esos instantes que podía haber aportado mucho si hay confianza en él.


Ese fue un ejemplo de los errores, que ayer también se detectaron en la dirección desde el banquillo. Y es que esa 'obsesión' por los castigos afecta a las rotaciones y son cada vez menos lógicas. En el Martín Carpena Abós se empeñó en que siempre estuvieran en cancha o Barlow o Toppert. El primero estuvo fuera del partido casi en todo momento y superado por su par, y el segundo flojea en defensa y en ataque si no está solo no tira.


Hasta 33 minutos tuvieron que pasar para que el técnico colocara en pista un quinteto que casi todo el mundo y el propio encuentro demandaba, con Quinteros y Miso de aleros, DP de 'cuatro' y Hettsheimeir como 'center'. Hasta entonces, todo apuestas que no dieron ningún resultado. Porque con las ausencias de Aguilar en un bando y Archibald en el otro, el duelo fue como una partida de ajedrez. Que si ahora juego con 'treses' altos, que si ahora a esos aleros (Jiménez y Barlow) los coloco de 'cuatro', que si pongo dos pivots natos... Un auténtico tira y afloja entre Chus Mateo y José Luis Abós.


La partida y el partido fueron para el primero de ellos, ya que el zaragozano tampoco planteó alternativas en el juego salvo una ligera presión a toda cancha que no sirvió para mejorar.


De hecho, los enfados del técnico no están cayendo demasiado bien en la plantilla y comienzan a llegarles a muchos de los protagonistas. Ayer tanto Barlow como Chubb recibieron la reprimenda pública de su 'coach' por errores defensivos que facilitaron los ataques malagueños.


Entre todo eso, la eterna oportunidad a Riera de la que siempre se arrepiente a posteriori, y el repaso recibido, Abós no sale bien parado de Málaga y la química con sus hombres cada vez es menor. El entrenador debe encontrar el camino al jaque mate, y él está lejos de alcanzarlo.