PRIMERA DIVISIÓN

Mucho más que el liderato

Barça y Madrid están midiendo en el campo de juego su fútbol, sus estrellas y sus diferentes modelos.

Cientos de millones de telespectadores en los cinco continentes, más de 700 periodistas acreditados, 98.000 almas en el Camp Nou, 1.100 agentes en alerta máxima, multitud de bares dichosos de hacer su agosto en pleno noviembre y hasta 51 salas de cines de 22 ciudades españolas pendientes del estreno de la madre de todas las batallas futboleras, del gran duelo de los contrastes, del choque de la exageración por antonomasia, del balompié en su versión más 'hollywoodiana'. El encuentro más millonario de la historia, con dos plantillas que acumulan sueldos próximos a los 1.000 millones anuales, no entiende de crisis. Tantos se quieren beneficiar del Barça-Madrid que hasta los Mossos de'Esquadra tuvieron que desarticular una red de venta de entradas y abonos.

 

Apenas se trata de la duodécima jornada y sólo hay un punto a favor de los blancos, pero numerosos expertos coinciden en que la contienda va mucho más allá del liderato. Marcará tendencia en la Liga. El Barça es indiscutible favorito por innumerables razones: es local, fiel a un viejo modelo, dispone de un bloque más compacto, su centro de campo de seda no tiene parangón, los canteranos ejercen y, hasta ahora, Guardiola ha demostrado ser un lince en el diseño de los grandes partidos.

 

Anuló al Manchester de Ronaldo en la final de la 'Champions' y, esta misma semana, destrozó el mito de Mourinho pese a no disponer de Messi e Ibrahimovic. El argentino y el sueco se entrenaron ayer a pleno rendimiento, pero hasta la sesión matinal del mismo domingo no habrá desenlace.

 

La inagotable y seductora fábrica de La Masía y un técnico que todo lo controla, que decide prescindir de Eto'o y gastarse una millonada en Ibra y un tal Chigrinsky. Extremo poder de Pep con contraposición a Pellegrini, a quien se puso el 29-N como posible fecha de caducidad tras el 'alcorconazo'. El chileno es víctima del modelo presidencialista de Florentino Pérez, convencido de que fichar a los mejores del mundo es suficiente para hacer un equipo ganador.

 

Si el Barça presume de ideario, el Madrid representa el paradigma de la improvisación desde que prescindió de Del Bosque. Técnicos de perfil tan antagónico como Schuster o Capello ejemplifican los posteriores bandazos del club.

Un bloque ganador

Sin dejar de ser cierto que este Barça se aleja de aquel club llorón y victimista que se conformaba con ganar al Madrid, no es menos verdad que tradicionalmente los blancos son más ganadores. Su fútbol es más directo, imprevisible, su gen victorioso es único. El triunfo está grabado a fuego en el escudo del Madrid.

 

Para el Madrid nunca hay imposibles, y menos con 'balones de oro' como Cristiano, listo para jugar aunque no todo el partido, y Kaká. Y con Benzemá, y con Higuaín, competidores por un puesto, y con Casillas, y con un jefe como Xabi. Y con Raúl por si las moscas... Una pléyade de jugadores extraordinarios para "un partido impresionante, distinto a todos".