REPORTAJE

'Míster Pleitos'

El 'caso Lafita' ha rescatado el gusto por acudir a la vía judicial de Augusto César Lendoiro, el presidente del Deportivo, un club acostumbrado a jugar en el campo y en los juzgados.

Augusto César Lendoiro es un combatiente de los juzgados. Ser abogado le ha servido para defender lo suyo hasta los últimos límites. Lo hace en tanque y con el cuchillo entre los dientes desde que hace 22 años ocupara la presidencia del Deportivo. El decano de los dirigentes del fútbol español lo ha hecho siempre, acudiendo a todas las instancias, espacios legales y tribunales que tuvo al alcance. Con él al mando, el Deportivo de La Coruña ha jugado infinidad de partidos sobre el césped y entre las paredes de un juzgado. Su último pleito es el 'caso Lafita'. Lendoiro impugnó en la Federación Española el partido del Real Zaragoza contra el Atlético por alineación, según él, indebida de Lafita porque considera que la sentencia de la LFP no es firme debido a que todavía falta por resolverse un último recurso presentado ante el Consejo Superior de Deportes. Lendoiro reclama que le den al equipo aragonés el resultado por perdido 3-0, y lo hará siempre que el futbolista zaragozano aparezca por el campo. Eso sin contar los distintos frentes legales abiertos en la justicia ordinaria y deportiva tras la turbulenta recompra de Lafita el pasado mes de agosto. Como el Zaragoza también se plantea denunciar al Deportivo y solicitar una indemnización por daños y perjuicios, habrá batalla.

 

El Real Zaragoza sabe a quién se enfrenta. Lendoiro es un presidente peculiar, caracterizado por sus agotadoras y nocturnas negociaciones, por ponerse en actividad a mitad de tarde, por armarse con un diario oficial, y por envolverle la sombra del nepotismo, con algunos de sus hijos instalados en puestos vinculados al club. Lendoiro es un presidente profesional en toda regla. Desde la temporada 1999/2000, cobra anualmente el 1% del presupuesto total del Deportivo, que no es ni ha sido un presupuesto cualquiera. Su salario acumulado se estima en algo por encima de los 6 millones de euros. Teniendo en cuenta la profunda herida económica del club -con una deuda establecida en torno a los 290 millones de euros, según los nuevos criterios contables-, no parece un mal camino hacia la fortuna. Esta sangría es la huella de los buenos tiempos del Deportivo, buenísimos, con títulos (1 Liga y 2 Copas), el inolvidable 'SúperDepor', exhibiciones en la Liga de Campeones? Pero también hubo litigios a puñados.

 

El expediente de luchas legales de Lendoiro es dilatado y diverso. Hay contenciosos de todo tipo y naturaleza: por motivos laborales, económicos, institucionales, deportivos?; y ante cualquiera: futbolistas, representantes, clubes, medios de comunicación? Comencemos.

Lafita tiene ejemplos donde acudir. Ya fuese como demandante o como demandado, Lendoiro se ha encerrado en los tribunales con De Guzmán, Taborda, Changui, Víctor, Otero, Djalminha, Barragán, César Martín, Djorovic, Amavisca, Luque, Fabricio, 'Manteca' Martínez, Ramis, Bebeto, Kouba y dos viejos conocidos, Marcos Vales y Acuña. Ni siquiera leyendas como Bebeto o Fran se libraron de pulsos con Lendoiro, conflictos casi siempre surgidos a raíz de incumplimientos de contrato, impagos o despidos. Curioso es el caso del 'Toro Acuña', a quien Lendoiro mandó a la calle por "ineptitud sobrevenida" para jugar al fútbol. Acuña denunció y ganó. Como casi todos los que se enfrentan con Lendoiro, habitual perdedor en los tribunales, salvo excepciones como Otero, que firmó con el Valencia tras pactar por escrito con el Deportivo, o Jorge Andrade, por quien se acabó en la FIFA tras su fichaje del Oporto.

 

Porque también los clubes son rivales de Lendoiro en los juzgados. El Zaragoza, por Lafita. Con el Mallorca, por no pagar por Luque. Con el Atlético Baleares, por Xisco al no abonar el porcentaje de sus derechos de formación tras su traspaso al Newcastle, con los mejicanos del Atlas por vencer dos plazos del fichaje de Colotto, con el Nacional de Montevideo por Munúa y varios clubes más, casi siempre por problemas de pago. Por ejemplo, Lendoiro incorporaba gratis al marroquí Hadji del Sporting de Lisboa, pero la FIFA le fijó un precio de unos 4 millones de euros.

 

Varios representantes también han tenido lo suyo con Lendoiro. Lucidio Ribeiro, agente brasileño, o Rodrigo Fernández, apoderado de Pablo Amo, y algunos más. Ilustrativos son algunos de los contenciosos deportivos. El memorable fallo de Djukic, en aquel penalti que dio la Liga del 94 al Barça acabó en la Justicia porque Lendoiro pidió una repetición del partido al estar la jornada prevista para el domingo y adelantarse al viernes ya que Barça jugaba la final de la Copa de Europa. Y muchas historias más, inabordables en este espacio, incluso con medios de comunicación vetados y demandas por informaciones incómodas (La Voz de Galicia, El Ideal Gallego...). Así es 'Míster' Pleitos.