CAI ZARAGOZA

Media vida

El triunfo de ayer da un margen al CAI de tres partidos sobre el último y en apenas una semana podría certificarse el descenso de solo un equipo. El objetivo está más cerca.

Los jugadores del CAI, con Victoriano a la cabeza, salen de la cancha del pabellón San Pablo aplaudiendo al respetable
Media vida
RAFAEL GOBANTES

El valor de la victoria obtenida ayer en Sevilla es incalculable. Es únicamente un partido, pero las circunstancias hacen que ese triunfo suponga casi media permanencia para el CAI Zaragoza. Falta media liga y las cosas pueden cambiar mucho, incluso dentro del propio conjunto aragonés, sin embargo esta última jornada de la primera vuelta puede ser el punto de inflexión hacia la salvación. Los de Curro Segura aventajan ya en tres partidos a su rival de ayer, el colista, el Cajasol, y en apenas unos días, el día 19, la ACB podría aprobar el descenso de un solo equipo en el caso de que el Obradoiro no ejerza su derecho de jugar en la elite. Todo eso pone el objetivo en bandeja para los rojillos.


Los resultados mandan y la tabla habla por sí sola. A pesar de las siete derrotas consecutivas, el CAI aún no ha pisado la zona de descenso (gracias al basketaverage) e incluso podría no tocarla de aquí al final si sigue haciendo los deberes. Las citas de ayer dejan esa clasificación con los zaragozanos decimoquintos con cinco triunfos, los mismos que el MMT Estudiantes y el ViveMenorca, uno más que el CB Murcia y tres más, sí, tres, sobre el colista. Y el peor calendario ya ha pasado, puesto que en la segunda mitad de la competición tienen que pasar por el Príncipe Felipe equipos como ViveMenorca, Murcia o el propio Cajasol entre otros. Mientras, conjuntos como el Bruesa o el iurbentia Bilbao ya sienten el aliento rojillo en su espalda.


El CAI está en disposición de asegurar su puesto en la elite el año que viene, pero en los próximos días podría confirmarse un hecho que se lo facilitaría. Parece que será finalmente el lunes 19 de enero cuando se reúna la asamblea de la ACB para tratar el tema de los ascensos y descensos. Después de las últimas reuniones mantenidas todo hace indicar que definitivamente los clubes se pondrán de acuerdo en fijar una sola plaza de descenso siempre que el Obradoiro no saque equipo la campaña próxima y ejerza su derecho de competir en la Liga. Si finalmente es así, la escuadra aragonesa ya contaría con un margen de tres encuentros sobre la única plaza que te manda a la LEB.


De hecho, tal y como está la competición este año, con 17 equipos y con la posibilidad de un solo descenso, es probable que la permanencia se certifique con en torno a diez partidos ganados. El CAI ya lleva cinco y recibirá en su cancha a rivales directos, pero todo adquiere mayor optimismo al comprobar que el Cajasol ya necesita vencer en la mitad de sus compromisos de la segunda vuelta para alcanzar esa cifra de victorias.


De hecho, ayer los sevillanos ofrecieron una mala imagen. No fueron capaces de asegurar el triunfo ante los aragoneses cuando dominaron hasta por 14 puntos en el marcador, y a pesar de los cuatro cambios ya realizados (tres jugadores y un técnico) no dan señales de reacción. Al contrario, dan la sensación de un equipo muerto y a cuya afición se le agota la paciencia y ayer pidió la dimisión de la directiva.


Otros conjuntos que podrían pasarlo peor que el aragonés son, por ejemplo, un Granada que solo vence en casa (ayer no fue el caso) y que recibe a partir de ahora a todos los grandes, o un ViveMenorca cuyo calendario que ahora afronta se parece mucho al que hundió en el pozo a los hombres de Curro Segura. Mucho tendrán que decir los próximos enfrentamientos entre rivales directos y de ellos se desprenderá cuál de las escuadras está en mayor peligro.


El éxito obtenido ayer en Sevilla podría calmar los ánimos también entre los dirigentes zaragozanos. Dadas las carencias interiores del equipo nadie duda que el refuerzo deseado llegará, pero, por el momento, y tras la victoria ante los hispalenses, cabe esperar que no se produzcan más movimientos en las próximas semanas.


Lo que sí que concede la quinta victoria al grupo es la calma necesaria para seguir trabajando, la confianza que ansiaban los jugadores para asumir riesgos que reflejen la verdadera calidad que atesoran. Y más. Esa alegría propicia una plantilla más unida, en la que ha calado la filosofía de jugar en equipo y sin egoísmos. Eso ya quedó demostrado en el viaje de vuelta a Zaragoza en el AVE. El trayecto tuvo momentos para la charla, las risas, las bromas, el buen ambiente que hace falta en un conjunto en el que todas las partes son fundamentales.


Esas vivencias ya se habían respirado en el vestuario, ya que los protagonistas asumían que casi se les había olvidado cómo se sentían tras ganar un encuentro. La moral crece y los números del CAI también. El objetivo cada vez está más cerca.