PANTALLA GIGANTE

Maremoto de felicidad en Las Playas

Más de 7.000 seguidores acudieron hasta la ribera del Ebro para presenciar y celebrar el triunfo de la selección española ante Portugal.

También hubo fiesta en la plaza de España.
Maremoto de felicidad en Las Playas
ESTHER CASAS

Tercera victoria de España y cuarto éxito de la convocatoria a favor de La Roja en Las Playas. La selección solo ha fallado ante Suiza. Su afición ha ganado todos los días. Le fue fiel hasta el día de la derrota, la tarde que tanta agua cayó en Zaragoza. Incluso entonces acudió ante la pantalla gigante instalada en el complejo de Las Playas. El avance progresivo de los días, la mejoría en los resultados y la llegada del calorcito veraniego han ayudado a incrementar de forma sensible la asistencia. Ayer, 7.000 personas se dieron cita en las instalación aneja a la ribera del Ebro, en un extraordinario éxito de la convocatoria.


Una vez más, la receta era tan simple como apetitosa: la presentación del ejemplar de ayer del HERALDO para acceder al complejo. Lo demás lo puso el público, entregado con España. En la arena y en la pantalla, mandó La Roja, que superó con más claridad a Portugal de la reflejada en el marcador final.


Los momentos de incertidumbre de la primera mitad fueron más llevaderos con la alegría del personal, que se dejó la voz en sus ánimos a la selección nacional. Villa, ex jugador del Real Zaragoza, fue el preferido de los seguidores. Las camisetas con su dorsal eran las más numerosas.


La segunda mitad confirmó los augurios. España mejoró sensiblemente y David Villa siguió a lo suyo, metiendo goles. Ya lleva cuatro. Provisional pichichi del Mundial. Y eso que falló un penalti ante Honduras. Meter goles, la esencia del fútbol. Tan complicado para casi todos y tan sencillo para el Guaje.


El sábado se repite el guión. Partido ante un rival incómodo, Paraguay. El hombre del tiempo anuncia buen tiempo, reiteración obvia a finales de junio. David Villa también anuncia más goles, otra reiteración repleta de obviedad. Como las fiestas en Las Playas, allí donde, al calor de las noches de verano y la deliciosa brisa del Ebro, se celebran en Zaragoza las victorias de España antes de que suenen las bocinas en el festejo de la Plaza de España.