Marcelino repitió cara seria y regusto amargo en su comparecencia en la sala de prensa tras el partido de ayer. Por cuarta vez consecutiva, el asturiano tuvo que analizar una mala actuación del equipo y un resultado adverso. "Tengo una sensación de tristeza porque el equipo tenía una gran ilusión por ganar este partido, pero no ha sido posible", comenzó diciendo. Marcelino no dudó en reconocer que el Zaragoza de ayer no dio razones claras como para haber aspirado a la victoria. "El resultado más justo es el empate. No creo que hayamos merecido más", admitió con sinceridad.

De sus respuestas, las de mayor calado fueron las que replicaron preguntas alusivas a la mala marcha del equipo y al futuro inmediato que aguarda tras la esquina. "Todavía no pienso que estemos mal. Me niego a creer que nos hayamos metido en una espiral negativa y en una trayectoria descendente clara", manifestó con contundencia cuando se le sugirió que eso podía estar sucediendo ya mismo.

"Yo creo que los futbolistas quieren. Tienen voluntad por hacer las cosas. Trabajan, se esfuerzan", justificó a su plantilla para seguir apuntalando su cierre de filas respecto del grupo. El asturiano, de paso, expuso cuál es la única medicina que puede sanar al Zaragoza de los males que le afectan en estos momentos: "Nos hace falta una victoria para transformar ese trabajo del equipo en tres puntos o, en el caso de hoy, ganar una eliminatoria. Si la logramos, afectará de manera positiva en el apartado psicológico. Así que ganaremos el domingo al Almería", aseguró.

Sobre el estado mental del equipo, el técnico también quiso apuntar más datos. "A mí me parece que el estado de ánimo de la plantilla es bueno. Y que la credibilidad en sí mismos también es buena. Así que soy optimista de cara al partido del próximo domingo ante el Almería", dijo sin que mediase pregunda de por medio.

Del resto de cuestiones, dos llamaron la atención. Una, que Marcelino reconoció que su colega Muñiz le sorprendió con su alineación: "El rival, al jugar con 5 atrás, generó una dificultad añadida que no preveíamos; sobre todo a la hora de presionar arriba su salida de balón, donde nuestros delanteros siempre estaban en inferioridad numérica de 2 contra 3", admitió. Y, por otra parte, que el choque le recordó al último en casa ante el Racing. "En el segundo tiempo, hemos estado más separados entre las líneas y eso ha propiciado que el rival nos haya creado peligro. En la primera parte estuvimos juntos y casi no nos llegaron. Ha podido haber cierta similitud con el día del Racing", asumió.