REAL ZARAGOZA

Marcelino mueve el árbol

El técnico deja en Zaragoza a Paredes, Pulido, Hidalgo y Songo'o, que no viajan a Huelva al no entrar en sus planes. Los cuatro trabajarán en solitario con Andrés Ubieto.

A 27 días del comienzo de la competición, Marcelino ha querido acelerar los tiempos en el proceso de remodelación de la plantilla del Real Zaragoza. Al mediodía de hoy, cuando la expedición blanquilla parta en AVE rumbo a Andalucía para llevar a cabo en Huelva la segunda fase de la pretemporada, cuatro futbolistas (además de los lesionados Diogo, Goni, Luccin y Braulio) no estarán entre los pasajeros. Ni Paredes, ni Pulido, ni Antonio Hidalgo, ni Songo'o.

 

El técnico asturiano, tal y como ya había advertido el viernes en San Leonardo de Yagüe, ha decidido que estos cuatro jugadores no formen parte del equipo zaragocista y les ha señalado con nitidez la puerta de salida. "Es posible que alguno se quede en Zaragoza y no viaje ya con el equipo. No vamos a llevar 24 futbolistas a Huelva, no tiene sentido. Iremos entre 18 y 22. Haré lo que más convenga al cuerpo técnico y al club; lo que considere prioritario, actuando siempre con respeto. Todos los jugadores saben ya cuál es su situación en el grupo. Por mi parte, no tiene por qué ser este mismo lunes cuando tome alguna decisión drástica para que la plantilla tenga más salud desde todos los puntos de vista. Pero un día sí que habrá que hacerlo", advirtió Marcelino de sus intenciones. Y, al final, sí ha sido este lunes el día que ha considerado oportuno para señalar a los hombres con los que no cuenta.

 

La lista podría haber sido más larga si los refuerzos esperados por el entrenador hubieran llegado a tiempo, especialmente el de Canella. Así se entiende la permanencia de Pablo de Barros en la lista de convocados para la semana onubense. El joven brasileño, que, al margen de cuestiones relativas a su valoración furbolística por parte del área deportiva, ocupa plaza de extracomunitario, es otro de los que, con total seguridad, también abandonará la plantilla en días venideros a través de una nueva cesión (el año pasado estuvo en el Málaga a préstamo).

 

Marcelino no quiere trabajar demasiado tiempo en vacío. Si bien algunos fichajes van a tardar aún unos cuantos días en llegar, el preparador no quiere construir el nuevo equipo con piezas que no figuran en su proyecto. Prefiere utilizar en esta fase de ensayos a varios jóvenes del filial (los seis que estuvieron en Soria repiten cita en Huelva) antes que a los jugadores del primer equipo que, según criterio técnico consensuado por el entrenador y el área deportiva del club, no sirven para el grupo que se quiere formar en el retorno a Primera División.

 

Con este gesto hacia Paredes, Pulido, Hidalgo y Songo'o, Marcelino introduce unas atmósferas de presión añadida en la burbuja de la dirección deportiva del club. Observar la lista de 20 jugadores que hoy se marchan a Huelva es un ejercicio de realismo descriptivo sobre la situación real del equipo a menos de un mes para el inicio del curso y, sobre todo, del cierre del mercado de fichajes. Entre esos 20, hay seis chicos del filial, la presencia de Pablo de Barros es circunstancial y, hasta final de mes, estará abierta la incógnita sobre el futuro de Ewerthon en la plantilla, pendientes de un posible traspaso del goleador paulista.

 

Las matemáticas, ciencia exacta, dicen que Marcelino solo dispone ahora mismo de 13 jugadores con vitola de útiles para la próxima temporada (12 si Ewerthon al final se marchara): los porteros López Vallejo y Carrizo; los defensas Ayala y Pavón; los pivotes Gabi, Ponzio y Abel Aguilar; los interiores Jorge López, Pennant y Ander Herrera; y los delanteros Arizmendi y Uche, junto al citado Ewerthon. Y no hay más. Tras una semana de absoluto parón en la ventanilla de nuevas contrataciones, la que hoy lunes empieza se antoja vital para evitar el nerviosismo en el entorno del entrenador.

 

En solitario, con Ubieto

Cuando el equipo se marche hoy de la Ciudad Deportiva camino de la estación, Paredes, Pulido, Hidalgo y Songo'o pasarán a formar un cuarteto singular. Ellos se quedan en casa y ya saben que van a entrenarse durante toda la semana junto al preparador físico Andrés Ubieto y el fisioterapeuta Nacho Dieste. Nada de táctica, nada de partidillos. Solo intentar mantener el tono físico a la espera de que cuaje su salida del Real Zaragoza rumbo a otros lares.

 

La situación no es sencilla para ninguna de las partes. Los jugadores tienen la fuerza que les da su contrato, donde se lee que son empleados del Zaragoza. El club tiene la potestad de no citarlos para un viaje o una concentración, como acaba de hacerlo. Al final, las malas caras, las declaraciones hirientes y el conflicto, no deriva en nada positivo para nadie. Los casos de César y Juanfran están aún frescos. Marcelino ha movido el árbol y cuatro frutas maduras ya han caído. Urge buscar una solución.