ESCOCIA 2 - ESPAÑA 3

Villa iguala el récord de Raúl

Fue suplente pese a sus dos goles ante Lituania pero al final resolvió un duelo que se complicó por exceso de relajación. Villa, de penalti, igualó el récord goleador de Raúl.

Villa remata a puerta
Villa iguala el récord de Raúl
EFE

España se asomó y despareció a orillas del río Clyden como si fuera el Guadiana pero se agarró al momento idílico de Fernando Llorente para ganar en Glasgow, completar el pleno al nueve y dejar de par en par abiertas las puertas de la Euro´2012 por más que apenas haya disputado tres partidos. Vence por méritos, porque es muy superior a sus rivales y también por su carácter de campeón. En otros tiempos hubiera dado por bueno el puntito fuera de casa, pero ahora se exige mucho más.


Concluye una de las máximas o tópicos del fútbol que todo delantero que marca, y más por partida doble, repite. Del Bosque, sin embargo, aplicó una de las excepciones que confirman la regla no escrita y retiró a Fernando Llorente del equipo titular. Una decisión discutida que seguramente no será muy debatida porque el delantero del Athletic no es un peso pesado. Parece que sigue siendo un meritorio, pero él no se queja y aprovecha sus minutos.


Salió sólo el último cuarto de hora y anotó el gol de un triunfo parecía hecho y se complicó por un exceso de relajación, por pensar quizá más en la próxima jornada de Liga que en cerrar un partido que, ya con 0-2 y la 'Tartan Army´ casi rendida, parecía misión de paz.


Ante un rival muy físico, rudo, áspero, machacón, prefirió el técnico charro poblar a España de bajitos, situar a Cazorla cerca de Xabi Alonso, ubicar Silva e Iniesta tirados a las bandas, y apostar por Villa como único referente en punta. Suponía Del Bosque que el toque, la pared y el engaño eran la mejor fórmula para resquebrajar a un adversario que salió con un 4-1-4-1, un sistema similar al de la 'Roja´, pero pronto se fue atrincherando en su área. No era el bochornoso 4-6-0 de Praga pero casi.


Glasgow, el centro económico más importante de comercio y de venta al por menor de Escocia, y Barcelona, son ciudades hermanadas. También en el césped del Hampden Park, ya que el cuestionado Craig Levein alineó a once titulares del Rangers y Del Bosque a cinco azulgranas. Por cierto que el comportamiento de la afición fue excelente. Aplausos al himno español, admiración ante el buen manejo del rival y pitos sólo para Silva por dejar alguna pierna suelta y, quizá, por jugar en el Manchester City, un nuevo rico en tiempos de miseria.


Los escoceses esperaban agazapados y, si conquistaban algún balón después de trabajar a destajo, la consigna era simple y clara: pelotazo cruzado para buscar la espalda de Sergio Ramos o de Capdevila. Saben que ambos laterales se prodigan en ataque y a veces descuidan su primera tarea, pero también comprobaron en el primer tiempo que Piqué y Busquets son solidarios en las ayudas.


España manejaba el balón, dominaba con claridad, generaba algunas buenas oportunidades, pero ofrecía síntomas de atasco. Poca movilidad, escasa profundidad, circulación algo lenta, pocas variantes de los organizadores y fútbol bastante previsible. Una vez más, quedaba patente que Xavi es mucho Xavi y que, sin el de Terrasa, se antoja harto difícil hallar huecos para pases imposibles.




Villa seguía obcecado. Se desmarcaba, recibía algún balón en condiciones pero o bien tiraba alto, o se estrellaba contra el portero, o se la salvaba alguna pierna escocesa que aparecía como por arte de magia. El centenar de aficionados españoles presentes en el Hampden Park le arengaban al grito de "`illa, illa, illa, Villa maravilla!". Aprovechaban algún momento de respiro de la hinchada local, obligada a tomar aliento entre cántico y cántico, para hacerse oír.


Poco antes de que llegara el descanso y de que Del Bosque se plantease ya la posibilidad de recurrir al plan B, llegó el penalti. Ramos se incorporó una vez más al ataque, remató en posición acrobática y el balón fue interceptado por la mano de un zaguero. El asistente del suizo Busacca fue quien avisó al jefe de la infracción. Alonso pensaba tirar pero Villa la pidió con fe. Era el momento de acabar con la cacareada 'maldición del siete´. Tiró regular, rozó el portero pero el balón entró y el 'Guaje´ hizo historia. Celebró con rabia el llamado gol psicológico y se ganó la bronca de Puyol, quien le recriminó un balón perdido poco antes, por recrearse en exceso en las inmediaciones del área, que propició un peligroso contragolpe local.


Todo se puso a pedir de boca en la reanudación, ya que Iniesta se aprovechó pronto de un balón suelto para colocarla con su zurda lejos de McGregor. Tan fácil lo vio entonces la selección que se fue del partido. Vivía tranquila pero el cabezazo de Naismith sin oposición tuvo un doble efecto. Hizo dudar a España de si convenía seguir regulando y permitió pensar a los escoceses si convendría cierta osadía. Y en ese lapso de indefinición llegó el desgraciado autogol de Piqué. Entraron Pablo Hernández y Llorente y España recurrió al 4-3-3. Y de nuevo, esta vez con el pie, el 'león´ resultó indomable. Evitó un final inesperado, un empate que a día de hoy resultaba, a todas luces, reprochable.


FICHA TÉCNICA

Escocia: McGregor, Bardsley, Weir, McManus, Whittaker, Naismith, McCulloch (Adam, min. 46), Morrison (Maloney, min. 87), Fletcher, Dorrans (Mickie, min. 80) y Miller


España: Casillas, Ramos, Piqué, Puyol, Capdevila, Busquets (Marchena, min. 89), Xabi Alonso, Iniesta, Cazorla (Pablo Hernández, min. 71), Silva (Llorente, min. 76) y Villa.


Árbitro: Massimo Busacca (Suiza). Expulsó a Whittaker por doble amonestación en el minuto 89. Mostró cartulinas amarillas a: Miller


Goles:


0-1 (min. 44). Villa de penalti por una mano de Whittaker.

0-2 (min. 55). Iniesta con un tiro ajustado al palo.

1-2 (min. 58). Naismith con un cabezazo cruzado.

2-2 (min. 65). Piqué en propia puerta al intentar despejar.

2-3 (min. 79). Llorente remata a bocajarro dentro del área.


Incidencias: Partido disputado en Hampden Park correspondiente al grupo I de la fase de clasificación de la Eurocopa. Unos 50.000 espectadores.