VOLEIBOL

Llegan los duelos a quemarropa

El CAI Teruel, segundo, se enfrenta al Tarragona, tercero. El MultiCaja, penúltimo, recibe al Barcelona en un partido trascendental.

Las reglas son muy simples: cada oponente dará doce pasos al frente y se girará sin remedio. Solo ha de quedar uno en pie. Las claves, velocidad para desenfundar y maestría para mostrarse certero al apuntar. Sin piedad.


Solo es la octava jornada de la Superliga masculina de Voleibol y algunos enfrentamientos ya se antojan mortales de necesidad. Por arriba, el Palma con el Almería, y el Tarragona con el CAI Teruel -los cuatro primeros, en un pañuelo de dos puntos-, se baten en duelo por alcanzar el liderato.


El equipo de Óscar Novillo tiene ante sí en Tarragona (18.30, pabellón Gimnàstic de Tarragona) la oportunidad de subirse a lo más alto y desafiar desde allí a todos su rivales. La pegada y regularidad mostradas hasta el momento (seis victorias en el torneo casero más las dos de competición europea por una sola derrota) le otorgan el derecho de comandar la tabla. Debe superar al Tarragona, cuarto, que viene de caer ante el UCAM Murcia, y esperar que el Almería sea capaz de acabar con la imbatibilidad del Palma Voley, único verdugo de los turolenses.


A la emoción por los puestos de privilegio se contrapone la angustia de los que sufren por abajo. El MultiCaja Fábregas Sport, harto de ver pasar trenes a los que nunca logra subirse, ha señalado en rojo la visita del Barcelona, a un solo punto de los zaragozanos (pabellón Siglo XXI, 17.00). El conjunto de Paco Díaz, sumido en las tinieblas del penúltimo puesto, necesita ver algo de luz si no quiere comenzar a despedirse de la Copa. La leve mejoría -nuevamente improductiva- mostrada en el derbi ante el CAI Teruel puede ser el primer peldaño de su escalada. Enfrente, los de Pedro Lanero llegan dispuestos a asestar el tiro que podría ser de gracia: buscarán sin miramientos una victoria que los acerque al torneo copero y que hunda definitivamente a un posible rival por evitar el descenso. Dos duelos a quemarropa, sin margen para el error.