REAL ZARAGOZA

Las edades de Álex

Entre apuntes y clases de Derecho en la universidad, las lecciones del cursillo de conductor y los entrenamientos, Álex Sánchez aguarda la lista de convocados que Marcelino dictará tras el entrenamientos de hoy. Sus opciones de ocupar los huecos abiertos por la plaga de bajas en la delantera son evidentes y, tras el debut en Mestalla, a Álex aún le falta por redondear sus sueños: jugar en La Romareda. Sería el último peldaño de una escalera con comienzo en Jesuitas, en el patio del colegio El Salvador, kilómetro cero de un futbolista y, posiblemente, de un diplomático. De aquello han transcurrido 14 años. Tiempo, sobre todo, empleado en el gol, su garantía para convencer ahora a Marcelino. "Estoy expectante", comenta antes de volver la mirada y describir su vida en el fútbol. "Todo arranca en Jesuitas, en el fútbol sala. Iba a clase y compartía equipo con Ander Herrera. Entonces, yo era un futbolista más defensivo. Teníamos tan buen equipo que había días que a Ander y a mí no nos dejaban jugar juntos", sonríe.

 

Esa amistad pervive hoy en el Real Zaragoza de los mayores, atrás quedan los tiempos de las pillerías y los 'mundialitos'. "En tercero de la ESO, organizábamos torneos en el recreo. Ander era uno de los impulsores, cogía y te llamaba por teléfono para ponerte al día de los partidos", rememora.

Junto a Ander Herrera, Barba, Borque y otros proyectos de una de las mejores camadas generadas por la Ciudad Deportiva; Álex Sánchez guarda con mimo en su baúl de los recuerdos el Campeonato de España cadete.

 

Trituraron a Atlético, Espanyol, Barça y Real Madrid. "Es el único título de este tipo que tiene el Zaragoza. El bloque era semejante al que ganó el torneo de Brunete, con Pablo Alcolea, Alex Alonso, Barba, Herrera? Este triunfo, la Copa del Rey juvenil que perdimos en Soria y mi debut en Primera son los tres momentos principales de mi carrera. Cadetes fue mi primer año en el Zaragoza, no marqué muchos goles, pero, eso sí, le hice uno a Osasuna imborrable, quizá es el gol del que mejor recuerdo tengo", indica Álex.

 

El gol. Vivir por él y para él. Gasolina para su progresión. 13 en el filial en un puñado de partidos. Motivo de oportunidad. "Al principio apenas le concedía importancia al gol. Pero cada vez le doy más. El delantero vive del gol, aunque no es algo que me obsesione. Siempre me he fijado en Villa, quizá porque estuvo en el Zaragoza y lo veía los domingos. Pero si hablamos de ejemplos, me quedo con Gaby Milito, pese a no ser delantero. Su liderazgo, su capacidad para llegar joven de Argentina y convertirse de inmediato en el jefe, siempre me impresionó" asevera.

 

El Salvador, Amistad, el retorno a Jesuitas y el Real Zaragoza marcan su curva evolutiva hacia Primera División. "Ángel Espinosa me aconsejaba que me tomara el fútbol con humildad y trabajo. Y Gori Silva me decía: 'Disfruta del fútbol al máximo'. Y así lo hago", confirma Álex. Solo le falta La Romareda, asaltarla con el 38 a la espalda, el corazón a trompicones, y, por qué no, con otro imborrable gol a Osasuna.