REAL ZARAGOZA

Las cajas, con pies de plomo

Las entidades financieras, desde la más estricta discreción, analizan al detalle el plan de viabilidad del club. Lo consideran exigente y arriesgado dentro del marco de crisis global

El Consejo de Administración del Real Zaragoza, Paco Checa, Agapito Iglesias y Javier Porquera, en la presentación del plan de viabilidad.
Las cajas, con pies de plomo
T. GALáN/A.P.A.

El Real Zaragoza, su presidente y máximo accionista, Agapito Iglesias, viven días de tensión e incertidumbre esperando el posicionamiento definitivo de las cajas de ahorro aragonesas respecto de su plan de viabilidad a seis años vista. Sin el sí de las entidades financieras a la estrategia económica planeada por la SAD futbolística todo lo planeado por los regentes del club blanquillo se vendría abajo sin remedio.

Las cajas (Ibercaja, CAI y Cajalón) guardan públicamente un silencio escrupuloso sobre un tema de tan hondo calado y de tan masivo y popular seguimiento entre muchísimos miles de ciudadanos de toda la comunidad autónoma. Sus respectivos equipos de dirección, sus principales directivos y los miembros de sus correspondientes comisiones de riesgos escrutan milimétricamente cada uno de los parámetros del amplio y detallado proyecto diseñado por los dirigentes zaragocistas para lograr el reflotamiento de la solvencia dineraria del Real Zaragoza de aquí a 2016.

Agapito y sus asesores (internos y externos) presentaron la documentación a las cúpulas de las tres cajas el pasado 18 de mayo en una cumbre de la que apenas trascendió una palabra. Habían pasado solo 72 horas del final de la Liga y al presidente zaragocista le urgía poner en marcha el mecanismo de salvación de un Real Zaragoza que, según la documentación aportada, arrastra una deuda de 105 millones de euros netos, 47 de ellos a pagar a corto plazo.

Casi 20 días han transcurrido ya desde que las cajas tienen en su poder el dosier con todos los números, plazos, compromisos, carencias, moratorias, planes de ingresos y demás mecanismos que el Real Zaragoza ha diseñado para, en seis anualidades, rebajar sus débitos de 105 a 28 millones de euros. Y, por el momento, ninguna de ellas ha movido pieza ni ha dejado escapar el más mínimo gesto que permita saber cuál va a ser su reacción definitiva ante la propuesta de Agapito Iglesias.

"Es impensable que las cajas se nieguen a negociar la deuda", afirmó el máximo dirigente zaragocista en la entrevista que concedió a HERALDO el 29 de mayo, once días después de haberse reunido con las más altas instancias de Ibercaja, CAI y Cajalón. Agapito dejó muy claro en sus manifestaciones que, sin el apoyo, la ayuda y la comprensión de las entidades financieras de la región, su proyecto no tiene ninguna opción de salir adelante. "Los créditos vencen el 30 de diciembre, tenemos tiempo, pero el momento es ahora. No podemos exponernos a que un acreedor determinado nos oblige a ir a concurso", avisó el constructor soriano.

Pese a la urgencia que manifiesta y requiere el Real Zaragoza en estos momentos tan delicados, las cajas caminan con pies de plomo en su proceso de análisis de la situación, valorando al mínimo detalle los pros y los contras de cualquiera que sea su decisión final.

El secreto profesional y la discreción rigen oficialmente en todas las entidades afectadas. Pero por su epidermis transpiran gotas que muestran la crudeza del asunto que el Real Zaragoza ha puesto en sus manos. Desde dentro se reconoce que el plan de viabilidad de Agapito es extremadamente exigente para las cajas, mucho más en la complicada situación económica que atraviesa, no ya Aragón o España, sino todo el planeta. El proceso de análisis en cada una de las cajas transita dentro de los más estrictos principios de prudencia, algo que aconseja desde hace meses la delicada posición del sector financiero español. En ningún caso, la decisión final va a supeditarse a las urgencias del Real Zaragoza, sino a la seguridad que un plan tan arriesgado necesita para quienes estén dispuesto a respaldarlo.

Mientras los días pasan deprisa desde el prisma zaragocista y se acerca el 30 de junio, en las cajas se advierte de que el crucial trámite puede alargarse más de lo que Agapito sugiere.

En el ambiente cotidiano donde se desarrollan las deliberaciones retumban con fuerza las aseveraciones de Iglesias en su entrevista a este diario. "Para las entidades bancarias o para Hacienda sería mucho peor que el Real Zargoza se acogiera a la ley concursal y no cobraran. Eso sí sería grave. Con el resto de acreedores, futbolistas, clubes y agentes de jugadores, también estamos negociando pagos para los próximos seis años. Todo el mundo entra en la misma dinámica. A las cajas de ahorros les solicito lo mismo que cualquier ciudadano o empresa con deuda en la situación económica actual. Hasta ahora, en los últimos años, he amortizado deuda. Ahora pido una carencia. Eso no significa que no vaya a pagar. Lo haré. Pero deben ayudar al Zaragoza", advirtió.