Todo empezó con una dura entrada de Marcelo contra Fábregas en los últimos compases del partido, que le valió la tarjeta roja y por tanto la expulsión al brasileño del Real Madrid. La falta, cometida a escasos metros de los banquillos de Mourinho y Guardiola, derivó en una trifulca entre jugadores titulares y suplentes, así como por parte del equipo técnico de ambos conjuntos.

Villa y Ozil, que ya habían sido retirados del terreno de juego, vieron también la tarjeta roja y el entrenador del Madrid, José Mourinho, llegó a meter el dedo en el ojo a Tito Vilanova, ayudante de Pep Guardiola.

El técnico madridista resto importancia al suceso en la rueda de prensa posterior al partido, pero volvió a sembrar la polémica cuando, en un tono burlón y despectivo, denómino al técnico catalán como Pito, en vez de Tito. «De lo que ha ocurrido con Pito Vilanova, o no sé cómo se llama éste, no tengo nada que comentar. Que hable el árbitro, el cuarto árbitro o las cámaras de televisión. Yo he sido educado en el fútbol para jugar como hombre, y nada» se limitó a responder cuando se le preguntó por su feo gesto al segundo entrenador del Barcelona.

Se le insistió en si estaba orgulloso de la imagen dada y de la educación recibida, y continuó con su comportamiento grotesco. «¿Cómo? ¿El Pito Vilanova? No conozco esto», zanjó a una periodista catalana.

Respecto a la agresividad de Marcelo y Pepe durante el partido, afirmó: «El árbitro está para sancionar lo que tiene que sancionar. Pepe se ha llevado una tarjeta amarilla por nada en especial. Marcelo también ha hecho un gran partido. Habrá hecho una entrada y se habrán tirado al suelo, como siempre».