Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

FUTBOLÍN

La réplica en miniatura de Casillas y Ronaldo

Javier García y Mario Bernad lo han ganado (casi) todo al futbolín. Su última Copa, el Europeo celebrado en Benidorm.

Mario Bernad (izquierda) y Javier García, como acostumbran, alrededor del futbolín del bar Pignatelli de Zaragoza.
La réplica en miniatura de Casillas y Ronaldo
CARLOS MONCíN

Practican un fútbol pequeño en tamaño, pero en el que han llegado a ser grandes. De hecho, los mejores de España y del mundo. Ahora, los zaragozanos Javier García y Mario Bernad se acaban de traer de Benidorm la Copa que les acredita como vencedores de la 'Champions': el último Europeo de futbolín. Una réplica en miniatura de la contienda, por supuesto, con una gran final. "El último partido jugamos contra los actuales campeones del mundo, que son de Huelva. Y casi toda la afición era andaluza. Teníamos al público en contra", cuenta Mario.


Habitualmente es así, porque los aficionados no suelen apoyar al que siempre gana. Y estos dos tienen más de 200 trofeos desde que empezaran su particular alianza: Mario en la portería y Javier como delantero. Un tándem perfecto temido por sus adversarios. "Se nos da bien, pero no somos unos flipados", desmitifica Javier. "A mí me da vergüenza cuando me presentan como el campeón del mundo", confiesa su compañero.


Los jugadores que manejan podrán ser enanos, pero el deporte exige lo mismo que cualquier otro. "Hay gente buena individualmente que no confía en su colega; nosotros no usamos tácticas, porque sabemos lo que tenemos que hacer", explica Javier. "Se precisan reflejos, habilidad en las muñecas, fuerza y resistencia -enumera Mario-. Y, lo más importante: concentración y práctica". Eso último, desde luego, no les falta. A los más de diez años que llevan juntos como equipo se suma la liga que se celebra en Zaragoza y que les mantiene ocupados todos los viernes. Una semana toca salir fuera y a la siguiente, en casa. La suya es el bar Pignatelli, que regenta Javier y donde el futbolín es pieza sagrada. "Los clientes me felicitan, pero no me piden consejo. Somos como el Madrid y el Barça: todos quieren ganarnos", bromea. Es más, el futbolín de su negocio está pintado como los equipos de Mourinho y Guardiola. "Antes, los jugadores eran rojos y blancos. Pero ahora los hacen así. En Andalucía nos hemos encontrado incluso alguno del Betis y el Sevilla", apunta Mario. Aunque ellos, si tienen que elegir, se quedan con los blanquillos.


Lógicamente, son futboleros. Y merengues, para más señas. Aunque son capaces de perderse un partido en la tele para echarlo al futbolín. "Cada día es más difícil esto porque hay un gran nivel. Hay más competiciones? y premios", informa Javier. Aunque no dan para vivir. "El dinero es una recompensa, pero a mí lo que me gusta es traerme la Copa", reconoce Mario. "Ha habido veces que no hemos salido, porque entre viajes y hoteles no compensa -lamentan-. Pero ahora tenemos un patrocinador, Juarjo, que ayuda con los gastos. Lo que nos gustaría es ser profesionales, que el futbolín estuviera federado, como el billar, y hubiera una Liga nacional". Una liga en la que el Zaragoza, por fin, brillaría.