BALONMANO

La prueba definitiva

El CAI Aragón se juega hoy la temporada ante el Gummersbach en la semifinal de la EHF

Kosovac dirige el entrenamiento de ayer del CAI Aragón en Gummersbach.
La prueba definitiva
r.l.

Gloria o miseria. Héroes o portadores de la decepción. El infierno frecuentemente se encuentra muy próximo al paraíso. La pared que lo separa apenas si alcanza un milímetro, una décima de segundo. Así es el deporte de competición. Así es la eliminatoria de la semifinal de la Copa EHF que hoy disputará el CAI Aragón en Gummersbach (15.00, en diferido por Aragón Televisión).

 

Irregular en la Liga Asobal, el conjunto naranja ha fiado su suerte o su desgracia en el actual curso a la Copa EHF, competición en la que ha alcanzado las semifinales por tercer año consecutivo, todo un hito en el deporte aragonés. Por el camino quedaron el Nexe croata, Os Belenenses de Portugal y el Arrate de Éibar. Solo el conjunto vasco ofreció verdadera resistencia. No obstante, el club aragonés se ha sabido manejar con solvencia hasta alcanzar la cota de la semifinal, donde hoy le espera el temible Gummersbach.

 

A estas alturas de la competición, el nivel de todos los aspirantes al título es elevadísimo. Un somero repaso de la retahíla de los clubes eliminados aclara cualquier duda al respecto. Yacen en la cuneta el Lemgo y el Magdeburgo alemanes, o el Astrakan ruso. Los que han llegado hasta las puertas de la final han sabido adaptarse mejor a la enorme exigencia del reto. Pura y dura doctrina darwiniana.

 

Llega el CAI Aragón mermado a la gran cita, a la prueba definitiva. Hace hoy dos semanas, Hussein Zaky se rompió el dedo corazón en Almería. El egipcio había apadrinado el triunfo en la eliminatoria ante el Arrate con una actuación antológica en Ipurúa. Los males, lamentablemente, no han quedado aquí. Dalibor Doder, colaborador necesario en el derribo del Arrate, está saliendo de una lesión en la espalda. Kosovac lo reservó el pasado sábado en León ante el Ademar, y el miércoles apenas jugó unos minutos en Torrevieja. Hoy comparecerá anestesiado en el infierno del Eugen Haas Halle. Sin los artilleros mayores, se ha puesto complicado derribar el muro alemán.

 

Siguiendo los postulados de la Ley de Murphy (esa que dice que si se te cae la tostada con mermelada, te quedas sin tostada y hasta te puedes manchar el pantalón...), todo lo que va mal, puede ir peor. La enfermería ha aumentado en Alemania. Fernando Sanz, fisioterapeuta del equipo, ha montado un hospital de campaña en el sótano de hotel Landhaus, a siete kilómetros de Gummersbach, donde el CAI Aragón cuenta ovejitas mientras teje sus dulces sueños de finalista de la EHF. El último en ingresar ha sido Carlos Prendes, con una rotura de fibras en el muslo derecho. Ayer, el bravo ariete asturiano no entrenó. Caminaba con dificultad, mientras sostenía una bolsa de hielo. La pérdida de Prendes podría ser fatal, pues en estos momentos es el único pivote en condiciones reales de pegarse en la línea continua contra el hormigón armado germano.

 

Robert Arrhenius, aunque no se queje, no se encuentra en condiciones de rendir. El pivote sueco apenas puede andar. Cojea ostensiblemente. Juega porque soporta el dolor como nadie, porque es un profesional ejemplar; pero, desgraciadamente, muy lejos de su nivel habitual. Solo un dato: no ha marcado en los dos últimos choques, en León y en Torrevieja.

Velocidad y gol

Con las torres gemelas erosionadas en la base, el aporte de Stian Vatne se antoja decisivo para sacar adelante el encuentro de hoy con un marcador digno, y esperar al próximo viernes para rematar la faena en Zaragoza. Vatne también está siendo tratado intensamente por Fernando Sanz. Ayer, el iceberg noruego se encontraba en condiciones. Alfredo Sorrentino puede cambiar de rol. El levantino va a tener que dar la cara en el centro como nunca, a pesar de que hace apenas unas semanas se la partieran en Pontevedra. Junto a Vatne, debe edificar el tabique que detenga el avance del caudal ofensivo que generan Momir Ilic y Robert Gunnarsson.

 

Sobre este soporte, Veroljub Kosovac deberá mover las piezas para plantear la batalla. Se intuye un partido abierto, a marcador amplio, dinámica favorable para el juego veloz de Cartón y Borges. Doder, si le deja su espalda, puede encontrar el terreno abonado para sus penetraciones. Amadeo también sabe leer muy bien estos partidos, igual que Víctor Álvarez. Todos deben sumar para alcanzar un marcador superable en Zaragoza. Ese es el gran reto.