REAL ZARAGOZA

La peña Villanova

Huelva recuerda con admiración el paso de Manolo Villanova por el Recreativo, donde es uno de los técnicos históricos.

Le recuerdan como un hombre generoso, noble, cordial y cumplidor. "Muy buena gente", dice Francisco Mendoza, presidente del Recreativo. "Un tipo entrañable", precisa Manolo Zambrano, el entrenador. Huelva conserva grabado el paso de Manolo Villanova por el club decano del fútbol español. Nadie como él ha dirigido más temporadas a los onubenses en su ancestral historia. Vivió cuatro campañas, desde 1992 a 1996, cruciales en la larga existencia de la entidad. El Recreativo se asfixiaba en la penuria de la Segunda División B con un agujero económico desolador e irrecuperable. Deportivamente, el ascenso se esfumaba año tras año, y económicamente, se esfumaban los pagos, con Hacienda, además, golpeando a la puerta. "A Manolo le tocó una época muy difícil. Heredó un problema que venía de años anteriores. Quizá en los momentos complicados salen a relucir la verdadera cara de la gente. Y Manolo era una gran persona", rememora Óscar Arias, actual director deportivo del Recreativo y capitán del club onubense en la temporada 92/93.


Óscar era un mediocentro contundente, un trotamundos (Lleida, Sporting, Compostela…) que jugó un papel esencial como portavoz durante uno de los episodios más dramáticos del Decano: el 7 de enero de 1993, la plantilla y el cuerpo técnico del Recreativo se encerraron entre los desconchados muros del viejo Colombino, ahora parcialmente derruido. Comprometido con la clausura, Manolo Villanova. "Se comportó estupendamente. Hubo momentos en los que no cobraban ni él ni los jugadores. Manolo aguantó el tipo y obró como una gran persona", relata Francisco Mendoza, por entonces directivo del club.


"Vivimos una situación límite y estuvimos al borde de la desaparición. Nos salvamos porque éramos el club más antiguo de España y se movilizaron las instituciones", anuncia Óscar Arias. Guardándole las espaldas, jugaba Juanma Rodríguez, hoy segundo de Zambrano, y entonces defensa central: "Manolo era muy afanado en su trabajo, una persona seria y respetuosa con los jugadores. Le guardo mucho cariño porque me subió al primer equipo".


Manolo Villanova explotó la cantera onubense con fervor (el Recre llegó a promediar una edad inferior a 22 años), pero nunca consumó el ascenso. El tope lo marcaron dos liguillas. También un año sufrió por no hundirse hacia Tercera.


Entre sus inquilinos del vestuario, Manolo Zambrano, hoy rival: "Cuando dejé el fútbol y volví a Huelva, le pedí que me dejara entrenarme con ellos y me abrió las puertas del grupo. Tengo una gran confianza con Villanova. Además, es un entrenador enorme".