CAI ZARAGOZA

La opción de mirar arriba

Darren Phillip intenta hacerse con un rebote ante la presencia de Urko Otegui.
La opción de mirar arriba
ARANZAZU NAVARRO

Ayer había que mirar arriba, a los cielos, para ver si algún avión podía volar desde la península en dirección a Baleares. Era la única opción de llegar a Menorca a tiempo para el encuentro de hoy. Pero no pudo ser. Finalmente el partido ha sido retrasado hasta las siete de esta tarde. El CAI se encuentra ya en Baleares. Hoy tendrá ante sí una gran opción de volver a mirar arriba. Esta vez no para inspeccionar el espacio aéreo sino para analizar la zona media-alta de la clasificación de la ACB. Porque si los hombres de José Luis Abós, tras una jornada insólita de cambios de planes en el desplazamiento y la continua incertidumbre de si habría duelo o no, son capaces de derrotar a domicilio al Menorca darán un salto de calidad, se acomodarán en la tabla de la mejor liga de Europa y podrán afrontar con calma el calendario en busca de nuevas metas. Son los dos recién ascendidos, rivales directos en la lucha por la permanencia. Eso a nadie se le escapa. Pero un triunfo en la isla catapultaría a los rojillos, les daría alas y un colchón importante con respecto a los equipos de abajo.La ocasión parece perfecta. El CAI recobró la confianza tras derrotar la pasada semana al Estudiantes en uno de esos partidos que hay que ganar. Mientras, su adversario, el Menorca Basquet, arrastra tres derrotas consecutivas ante conjuntos de mayor entidad, lo que les 'obliga' de alguna manera a imponerse a los rojillos.

Además, el CAI de Abós ya sabe lo que es vencer en Mahón. Su único triunfo en esa cancha se produjo la campaña pasada en la que ambos conjuntos lograron su regreso a la elite.

Con esa moral reforzada y la recuperación de hombres que deben ser importantes a lo largo del año como Darren Phillip o Chad Toppert el cuadro zaragozano aspira a seguir sumando. En su camino ha dejado por debajo a los rivales directos y Menorca es uno más. Los triunfos en sus 'finales' y el sorpresón del Palau Blaugrana sitúan al CAI en una zona tranquila de la clasificación y con opciones de dar ese salto si vence en pistas como la menorquina.

Para ello, y Abós no para de repetirlo, el nivel defensivo tiene que ser alto. De nada sirve atacar de la manera tan eficaz como la que lo están haciendo los rojillos si en la retaguardia no se dificulta la labor del contrincante. Eso se vio en Fuenlabrada, por ejemplo, y no puede repetirse hoy.

Tampoco vale de nada competir durante tres cuartos si se ha regalado previamente uno de ellos. Eso ya pasó frente al Caja Laboral y en la visita a Valencia y es otra de las cosas que no pueden repetirse si se quiere mirar con tranquilidad hacia arriba.

De manera que concentración y agresividad defensiva vuelven a ser las claves del conjunto de Abós. Luego ya tendrán que aparecer los Quinteros, Barlow, Hettsheimeir y compañía para producir en ataque, pero sin lo otro el objetivo del triunfo se alejará irremediablemente.

Rival sobradamente conocido

De lo que nadie puede dudar es de que el CAI conoce a la perfección a su adversario de hoy, un Menorca con tintes de LEB, pero que está haciendo los deberes y suma tres victorias en su casillero. Los zaragozanos saben que se encontrarán un pabellón entregado, bullicioso, incómodo para los visitantes y que requiere del equipo rojillo una gran atención en cada fase del juego para no descentrarse.

Y qué decir de los componentes de la plantilla balear. Empezando por un conocido técnico como Paco Olmos, y siguiendo por un base que fue defendió la elástica roja como Diego Ciorciari, o continuando por el base reserva, el joven Miki Servera, hijo del director deportivo del CAI Willy Villar y que ya amargó la fiesta a los aragoneses el año pasado con el Axarquía.

Pero las coincidencias no terminan ahí. En el perímetro tanto Rafa Huertas como Diego Sánchez se han medido con el conjunto zaragozano en numerosas ocasiones, al igual que los pívots Urko Otegui y Caio Torres.

Pero quizá el mayor peligro venga de algunos 'desconocidos' y de dos viejos conocidos. La mayor arma local, y en la que tanto DP como Pablo Aguilar deberán poner todos sus sentidos, es el ala-pívot Jakim Donaldson. Sí, ese que maravillaba en La Laguna y que por fin ha dado el salto a la ACB. Otro que tuvo este año esa oportunidad es otro ex rojillo, un Cuthbert Victor totalmente reconvertido al puesto de alero alto y con el que Barlow tendrá una lucha sin cuartel.

Además, tanto el escolta Limonad como el gigante Radenovic tratarán de amarrar el triunfo para que se quede en Mahón.

Si la victoria en tierras baleares impulsó el año pasado al cuadro aragonés al ascenso, de repetir la hazaña este año lo empujaría lejos de las posiciones peligrosas de la clasificación.

Los problemas aéreos y el cambio de horario impiden que esta vez los aficionados puedan ver a su equipo por la pequeña pantalla. Aún así, la confianza en el éxito es máxima. Siempre y cuando hoy se pueda volar y se llegue a destino con tiempo suficiente para descansar y jugar al cien por cien sobre el parquet.

El CAI podría volver a mirar arriba, pero en este caso sería por una gran noticia. Los apuros a lo largo de la campaña o el certificado para ampliar objetivos sólo están separados por victorias en encuentros como el de hoy.