SUPERACIÓN PERSONAL

La carrera de fondo de Beatriz

Compite en natación, atletismo o esquí. Su discapacidad no es ningún obstáculo para lograr subirse al podio

Beatriz, en el salón de su casa, con algunos de sus trofeos y parte de su equipación de esquí, de la que nunca se separa
La carrera de fondo de Beatriz
ESTHER CASAS

Guarda como oro en paño sus fotos con el Rey o Iñaki Urdangarín. Así son los deportistas de más alto nivel. Y es que tiene una agenda que ni Penélope Cruz. El pasado fin de semana estuvo en Sevilla, compitiendo en natación. Este se marcha a Oviedo, a un campeonato de lanzamiento de peso. Y del 7 al 10 de marzo, el mayor reto: el Europeo de esquí en Italia. Y ¿quién está detrás de semejante currículum? La zaragozana Beatriz Vila, una deportista entusiasta, que, con 36 años, igual le da al baloncesto que al tenis de mesa. Eso sí, cuando habla del esquí, se le dibuja una sonrisa que no puede disimular. No es de extrañar, por tanto, que lleve tantas medallas recogidas en el deporte blanco. Seis en la modalidad de fondo y cuatro en alpino. El último oro, el pasado mes, cuando se hizo con el Campeonato de España de Esquí para discapacitados intelectuales, ante otras 82 competidoras, lo que le dio el paso para competir en Italia. "Estoy muy orgullosa de donde he llegado. Mis esfuerzos me cuesta, y los de mis profesores Manolo, que me enseñó a esquiar, Carolina y Eladio", cuenta. Ya preparan la competición en Candanchú, donde siempre ha esquiado y que considera como su hogar. "Para mí, son como si hubiera ampliado la familia", reconoce Beatriz.

 

Y a sus padres les parece de maravilla. Porque fue descubrir el esquí y empezar los logros. "Lleva desde pequeña con muchísimos deportes, para mejorar su psicomotricidad -informa su padre, Joaquín Vila-. Pero hasta que empezó a esquiar no vimos todo lo que podía llegar a hacer". Dentro de la pista, es innegable. Esta familia apenas tiene sitio para todos los trofeos que ha acumulado Beatriz y ya ha pedido a la FEDDI (Federación Española de Discapacitados Intelectuales) un certificado de su historial deportivo. Pero es que los logros también son muchos fuera de competición. "Antes, no podía ni traer un vaso de agua de la cocina. Ahora, prepara el café, pone una lavadora?", se felicita su madre, Mª Carmen Polo. "Y eso que lo descubrió tarde y que, al principio, no se tenía en pie con los esquís", recuerda Joaquín. Algo que parece increíble viéndola ahora deslizándose por las pistas. Pero es que su preparación es exhaustiva y comienza cada día a las 8.30, con un duro entrenamiento en el pabellón Siglo XXI.

 

El deporte no es su única afición. También baila jotas y sevillanas y le gusta hablar con sus amigos por el ordenador. ¡Ah!, y es socia del Real Zaragoza. Como a sus jugadores, le gustaría alguna vez ser nominada en la Gala del Deporte Aragonés. Palmarés no le falta. Pero, mientras tanto, seguirá entrenándose. Y ya avisa que le gustaría jubilarse tras participar en una Paralimpiada. Eso sí, sin perder el contacto con la nieve. "Después, me gustaría ser monitora de niños pequeños con problemas", afirma convencida.