CAI BM ARAGÓN

La alegría de esta tierra

El CAI Aragón, máximo exponente del deporte aragonés, se juega hoy con el Chambery una plaza en semifinales.

Poseen una propiedad estimulante las siglas EHF sobre la afición zaragozana, un embrujo semejante al Real Zaragoza y sus pagínas gloriosas en la épica historia de la Copa. El maridaje futbolístico nació en los sesenta, con los Magníficos y la Copa del Generalísimo. La pasión por este torneo en el balonmano data de apenas unos meses. Relación breve e intensa que muestra lo mejor del deporte aragonés de elite, su club mejor estructurado, el más competitivo, lo único exportable, su exclusivo representante en Europa: el CAI Aragón.


La cita programada para esta tarde (18.30, Aragón TV) aparece repleta de alicientes. Por sí misma, la comparecencia de dos plantillas del nivel del Chambery Savoie y del CAI Aragón en un choque de cuartos de final denota un partido grande, un encuentro a subrayar en cualquier carta de presentación. Además, las connotaciones emotivas que este torneo encierra para la afición aragonesa hacen obligada la asistencia. Ayer, entre abonados y entradas, el volumen de localidades cubiertas superaba con holgura los 7.000 pases. Incluso se puede rozar el lleno, cifra récord en el balonmano español.


Despojado del notable componente sentimental que la competición ofrece para la afición aragonesa, después de haber alcanzado la final en la edición del pasado curso, el encuentro sigue ofreciendo una perspectiva maravillosa. El Chambery Savoie muestra con fidelidad las señas de identidad del balonmano frances: la excelente dotación física de sus hombres, la complejidad de su entramado táctico, y ese factor desequilibrante que ha elevado a Francia a todos los podios en la década de los noventa y en el arranque del tercer milenio.


Daniel Narcisse abandera un bloque competitivo. Estamos hablando de uno de los mejores centrales del mundo, de un jugador total que mueve, que corre, que vertebra, que lanza, que asiste. Su sola presencia hace escaso el precio de la entrada. En Albertville, en el choque de ida, firmó 12 goles (¡ocho en segunda oleada!) en una actuación individual memorable. Jackson Richardson, uno de los mejores jugadores en la historia del balonmano, también representa un reclamo. Zaragoza por fin puede ver al felino de las mechas que revolucionó la concepción del central creador. Ya tiene 38 años y demasiados achaques, pero su magia es eterna.


El Chambery no se limita exclusivamente a Narcisse y Richardson. Tácticamente, Gille y N'Diaye ofrecen solidez en la destrucción como pilares de un sistema defensivo 5-1 que incluso puede estirarse hasta el suicida 3-2-1. En Francia, los árbitros colaboraron hasta hacerlo eficaz. Al CAI Aragón se le atragantó demasiado. En ataque, la unión de Narcisse y la pelotita puede ser letal. Si además, el genio disfruta de espacios, la posibilidad de que el Chambery valide la renta obtenida en su feudo (33-30) no parece descabellada.


De principio a fin


Para pasar, el CAI Aragón necesita desarrollar un partido entero. Eso de sestear 50 minutos y resolver en los 10 restantes sirve para derrotar al Almería, a La Rioja o al Teucro. Para superar los tres goles que trae el Chambery, se antoja imprescindible exprimirse desde el principio hasta el final, desde el minuto 1 al 60. "Un partido no se gana en los primeros minutos. Hay que ir paso a paso, pensando que cada jugada es importante y, si en los minutos finales nos encontramos con un marcador adverso, arriesgar entonces", argumentó Mariano Ortega, soporte del equipo aragonés.


Kosovac cuenta con 15 jugadores. El miércoles descartó a Borges ante el Teucro e introdujo a Doder. Dado acusa las seis semanas de inactividad tras caer lesionado en el Europeo. En plenitud, Doder penetra en una defensa avanzada como el cuchillo en la mantequilla. El problema es que ni se halla en plenitud ni en un estado próximo. Zaky y su alfanje tienen mucho que cortar esta tarde. Y el dinamismo de los extremos. Y martillo de los pivotes. Y los brazos de la primera línea. Y los porteros. Y la afición que hoy volverá a llenar el pabellón Príncipe Felipe para dar vida la alegría de esta tierra: el CAI Aragón.