REAL ZARAGOZA

Kevin es mayor

La pretemporada ha acelerado la progresión del canterano, más cerca que nunca de registrarse como futbolista del primer equipo tras confirmar su crecimiento en el partido contra el Villarreal.

Kevin Lacruz, en uno de los entrenamientos de esta pretemporada.
Kevin es mayor
ESTHER CASAS

Aurelio Gay les dijo cierto día del arranque de la pretemporada que aporrearan la puerta hasta tumbarla. Los golpes se han escuchado durante todo el verano. Canteranos con hambre y fútbol que han visto cruzar el tren a toda velocidad y han saltado sin pensarlo: Alcolea, Unai, José, Jorge Ortí? y Edu García, todos han derramado su fútbol en algún momento u otro del verano, proyectándose hacia el futuro del Real Zaragoza. Pero si algún futbolista ha saltado hasta el umbral que separa la cantera de la elite es Kevin Lacruz, clave en la valiosa victoria ante el Villarreal con un gol, una asistencia y la impresión de que su fútbol rima con Primera División, ya sea jugando como organizador, donde se multiplica su influencia, o como mediapunta, donde se vuelve más decisivo. "Siempre lo he dicho: tanto jugando de mediocentro como de mediapunta, un poco más adelantado, me encuentro muy a gusto. Frente al Villarreal, igual que contra el Wigan, actué de enganche y me sentí cómodo y bien. Acabé contento del partido", explica Kevin Lacruz.


Su brillo ante el Villarreal confirmó su exponencial crecimiento a lo largo de la pretemporada. Lo que comenzó con un goteo de talento precoz frente al Navaleno de aficionados en los primeros latidos de preparación del equipo ha desembocado en un punto en el que Kevin ha suscitado con su juego inteligente y esforzado el debate acerca de la conveniencia o no de su salto al primer equipo. "Yo debo seguir trabajando. No puedo conformarme ahora con este partido. Debo seguir luchando y demostrándole al entrenador que puede continuar confiando en mí. No puedo detenerme ahora, es el momento de trabajar todavía más para poder contar con minutos en el primer equipo", resume Kevin.


Los méritos están ahí. Otra cosa son las decisiones. En el club, desde hace mucho tiempo, se tiene sobrada constancia del diamante que se tiene entre manos. Kevin, en su momento, renunció a ofertas y consultas de Barça, Madrid o incluso Manchester United. Apostó por madurar en el Real Zaragoza y galopar con pausa hacia el primer equipo. Y en el club, se han cuidado meticulosamente sus plazos, ajustándolos según el momento. La idea era introducirlo progresivamente con los mayores. Completó la pretemporada pasada, debutó en Primera y rellenó entrenamientos del primer equipo, pero luego la temporada se desplomó a los pies de Kevin, que no lo pasó bien en los últimos meses con el filial, equipo donde incluso desapareció de las alineaciones.


Ahora el escenario ha cambiado. Solo tiene 18 años, pero tres cuestiones se han asomado como básicas para que Kevin se haya disparado hasta la frontera del primer equipo: su revolución anatómica, su madurez dentro del campo y las necesidades del club, con las cajas de caudales al rojo vivo y obligado a volver la mirada sobre la cantera. Kevin ha ganado gramos de fibra y algunos centímetros, ha mejorado con balón, pero sobre todo sin él, y el equipo precisa perfiles como el suyo. El Zaragoza no está como para desaprovechar futbolista con complicidad con la pelota. En las próximas semanas, llegará el turno de las decisiones. A Kevin se le abren varios escenarios a falta de que el club -y Gay- resuelvan su futuro: que se registre como futbolista de la primera plantilla, con dorsal incluido; que ocupe plaza de canterano (como el año pasado Laguardia) y entrene asiduamente y juegue esporádicamente con los mayores; que se mueva a caballo entre el equipo de Gay y el filial; o que termine en el "B" como mera alternativa eventual.


A día de hoy, Kevin se encuentra más cerca de los dos primeros escenarios que de los dos últimos. Gay no quiere pronunciarse aún, es cauteloso con el tema, pero contaría con él en el primer equipo, con el objetivo siempre de usarlo progresivamente, midiéndolo, cuidándolo y evitando movimientos prematuros. El día a día del verano ha dejado evidencias de ello. Pero Kevin se resiste a verse en la primera plantilla: "Desde el primer entrenamiento, es mi objetivo. Trabajo y entreno para ello y ojalá lo consiga. Uno se alegra cuando el entrenador habla bien de ti, pero yo me lo tomo con calma, centrándome en trabajar para que Aurelio siga apostando por mí".