REAL ZARAGOZA

Igual que el año del descenso

Si alguien todavía duda de que esta temporada se parece mucho a la última en la que perdió la categoría, los números le ayudarán a convencerse de que así es.

La conclusión de la 30ª jornada de Liga, saldada por el Real Zaragoza con una derrota en Valladolid (la 13ª del curso), ha traído consigo una consecuencia de índole matemática digna de preocupar a todo el zaragocismo. El equipo aragonés suma, a falta de solo 8 partidos para el final del campeonato, los mismos puntos -33- que tenía a estas mismas alturas hace 6 temporadas, cuando ocho semanas después, terminó con sus huesos en Segunda División tras casi cinco lustros consecutivos en la elite.


El dato, escalofriante por lo que sugiere y esconde detrás, ha de servir como termómetro definitivo e incuestionable de la gravedad del mal que viene carcomiendo al actual Real Zaragoza desde casi el mismo comienzo de la temporada.


A pesar de que, durante varios meses, se intentó difuminar desde el club el profundo calado de varias de las heridas que ahora desangran claramente a la entidad (sin éxito alguno, salvo en algunos casos de connivencia externa que siempre quedó en evidencia), los números han acabado por situar este domingo al equipo exactamente en el mismo nivel de deficiencia y riesgo que ostentaba en 2002, en la peor campaña zaragocista de la época moderna del club que finalizó con el cuadro blanquillo ocupando la última posición en la tabla camino de la división de plata.


Desde septiembre, siempre hubo circunstancias, gestos, problemas, conflictos, indicios, caminos recorridos, polémicas, trayectorias personales de jugadores y entrenadores, reacciones de dirigentes, actitudes mediáticas... múltiples resortes de la actualidad cotidiana y competitiva del Real Zaragoza que se asemejaron (e incluso se calcaron) a lo ocurrido en aquel fatal año 2001-02 del descenso.


Justamente ahí, con los mismos 33 puntos que tenía el Zaragoza como saldo a 8 partidos del final del torneo, en las agonías de aquella terrible pesadilla de hace media docena de años, se encuentra de nuevo en estos momentos.


Solo hay un detalle anecdótico que diferencia el trazo fino de la gemela situación zaragocista en ambas nefastas temporadas: en 2002, el equipo estaba ya en puesto de descenso y, ahora, se salva por el leve matiz del diferencial goleador general, a la espera de completar la doble confrontación con el Recreativo, con el que está igualado en cifra de puntuación.


En 2002, el Zaragoza que aún entrenaba Luis Costa (antes de dimitir siete días después y que viniera Marcos Alonso), con los 33 puntos, estaba igualado con dos adversarios: la Real Sociedad y la UD Las Palmas. Vascos y canarios le superaban en el coeficiente medidor y, por eso, el Zaragoza ya pisaba por derecho propio la zona roja mortal. Ahora, en 2008, el empate a 33 puntos es solo con un rival, el Recreativo de Huelva, que circunstancialmente tiene peores números goleadores y, por eso, queda debajo puntualmente.


Otro aspecto similar que acerca este mal año a aquel que tan mal acabó es el que se refiere a la enorme igualdad que hay en la zona baja de la tabla. Eso sí, esta vez se ha roto mucho antes que entonces. En 2002 el Zaragoza peleaba aún con siete rivales más que estaban en un reducido pañuelo de 2 puntos. Hoy, los de Villanova pueden quedarse mano a mano con el Recre si no despiertan de inmediato y cazan a los ocho galgos que se han escapado en un tirón inesperado en solo dos semanas.


El Zaragoza debe tener en cuenta, para no repetirlo, lo que ocurrió en 2002 en los 8 duelos finales tras partir con 33 puntos: no ganó un partido más y solo sumó 4 empates (1-1 en Las Palmas y, en casa, 0-0 con el Valladolid, 2-2 con el Athletic y 1-1 con el Barça, ya con el descenso consumado). No solventó sus duelos directos (Las Palmas, Valladolid y Villarreal) y ahí rubricó su fracaso. Ojalá el final, esta vez, sea bien diferente.