LA AFICIÓN RIVAL

Holanda se tiñe de naranja

Todo un país se está volcando con los éxitos de su selección. El color naranja se ha adueñado de Holanda. Edificios y lugares públicos se visten de 'oranje'. Además, vieron las semifinales 13 de los 16,5 millones de holandeses.

Un comercio en Amsterdam decorado con los colores de la selección holandesa.
Holanda se tiñe de naranja
REUTERS

Los cerca de 16,5 millones de holandeses padecen desde hace unos pocos días una curiosa patología transitoria contra la cual ni el potente Tamiflú puede hacer nada: la "fiebre naranja" debido a la llegada de su equipo nacional a la final del Mundial de fútbol de Sudáfrica.


Se trata de una curiosa mezcla de pasión por la selección "oranje" combinada con un sentimiento patriótico que, por lo general, los moderados y contenidos holandeses no sacan a relucir más que en ocasiones muy señaladas como la final de mañana frente a España.


Desde que los Países Bajos se clasificaron para la final tras vencer a Uruguay, el tema se convirtió en una constante en calles, "borreltjes" (las fiestas sociales), oficinas, tabernas, "coffeeshops" o incluso en los Ministerios del gobierno.


"Pasión naranja: dolencia temporal de los sentidos, aunque no del físico, motivada por un sentimiento de fervor y de orgullo nacional sanos". Es la definición, en tono de broma, que ayer hacía un comentarista de la cadena pública de radio NOS para intentar describir el "mal" que nubla la mente de los holandeses desde que se enteraron que su equipo jugará la final del Mundial.


Mientras ambas selecciones velan armas ante el duelo del domingo y la prensa holandesa destaca los comentarios realizados el jueves desde Johannesburgo por el técnico "naranja", Bert van Marwijk (el combinado español es "el mejor del mundo"), el periódico "De Telegraaf" suavizó ayer el optimismo que se respira en las calles: "La estadística habla en favor de España", afirma su titular.


El rotativo, el más leído del país, hace referencia a un sistema de predicción de resultados ("match predictor"), según el cual Holanda "sólo cuenta con un 43 por ciento de posibilidades de ganar el domingo, y España, con un 57 por ciento". El "match predictor", desarrollado por una empresa privada, se basa en los siguientes datos, explica el diario: estadísticas de resultados teniendo en cuenta las veces que ambas selecciones se han enfrentado, prestaciones individuales de los jugadores de uno y otro bando, y desempeño global de ambos combinados.


Pero mientras Van Marwijk alaba a España "en un intento por conjurar sus temores ante la final", según apunta un comentarista de la radio pública, los simpatizantes "oranje" hacen caso omiso a los vaticinios negativos y ya se preparan para una victoria que consideran segura, no tienen dudas.


Algunos datos concretos del "fervor naranja": el consumo de cerveza en los bares de Ámsterdam ha subido un 25 por ciento en los últimos días, las terrazas a lo largo de los canales de la "Venecia del Norte" están, desde que Holanda se clasificó, a rebosar.


"Algunos clientes me han pagado por adelantado hasta 200 euros para que les reserve sillas frente a la pantalla gigante de nuestro bar, es una auténtica locura. Las peticiones se han disparado", asegura Peter Aarts, que regenta una taberna típica no lejos del "Spui", en pleno centro de Ámsterdam.


"Hemos hecho acopio de barriles de cerveza para no quedarnos sin nada porque nuestros proveedores nos dicen que no dan abasto para cubrir las demandas", explica Aarts a la televisión holandesa.


Mientras tanto, uno de los puntos más "calientes" de Ámsterdam, el barrio rojo (en realidad barrio rosa, "rosse buurt" en neerlandés), donde se encuentran los escaparates con prostitutas más conocidos del mundo, tampoco ha permanecido ajeno al fenómeno del Mundial.


Según informa la televisión holandesa, algunos de estos escaparates exhiben las banderas tricolores del país (blanco, rojo, azul) y bufandas o banderines naranjas.


No se sabe si las prostitutas, o los proxenetas, intentan con ello hacer gala de patriotismo o lo utilizan como "gancho" para atraer a más clientes en el marco del renovado fervor por la selección nacional, opina un comentarista de NOS.

La locura es, pues, total. Un país entero se está volcando con los éxitos que le está regalando una selección que quiere llevarse el Mundial por fin.