REAL ZARAGOZA

Habla La Romareda

¿Cómo reaccionará hoy el zaragocismo? Su actitud frente al gobierno de Agapito compone uno de los alicientes del partido.

La Romareda y uno de sus lemas:
Habla La Romareda
TONI GALáN/ A PHOTO AGENCY

Poca sustancia cabe encontrarle al partido de esta tarde si se mira con ojos zaragocistas. Lo mejor de la jornada es que no habrá más, concluye una temporada mediocre y desastrosa, solo maquillada por la notable reacción activada por José Aurelio Gay y los fichajes de enero. Llegó un día en que la salvación absorbió todas las preocupaciones y todos los esfuerzos. Era la única salida, una misión en la que la pobreza estética del juego, el conservadurismo del estilo o la acusada volatilidad del equipo han funcionado como un peaje. La Romareda lo ha tragado todo, lleva unos años haciéndolo. Sobrevivir junto al equipo se ha convertido en su resignada labor, la única posición ofrecida por un club devaluado y en permanente convulsión, donde los títulos, Europa y la huella de la seriedad y un fútbol reconocible en toda España han quedado como muescas de la memoria.

Desde enero, el zaragocismo ha respetado los tiempos y la pertinencia. Sabía lo que había en juego, la necesidad de guardar silencio, remar con la plantilla y Gay, olvidar la infeliz gestión de Agapito Iglesias? Hoy, con la salvación garantizada, con todo ese aire interno liberado, la escasa sustancia del partido ante el Villarreal debe buscarse en la actitud de la grada.

¿Cómo reaccionará La Romareda? La cuestión azota incluso a Agapito Iglesias. Su carta destinada el martes a la afición sonó a miedo a tempestad. El presidente teme un juicio, un huracán de silbidos y protestas contra su gobierno y contra sus colaboradores. En la declaración epistolar, Agapito se permitió el privilegio de aconsejar al aficionado acerca de lo que debía o no hacer: "El último partido es una excelente oportunidad para que la afición disfrute con normalidad y tranquilidad, agradeciendo a los jugadores, y a la propia afición, el esfuerzo realizado para lograr la permanencia. El sábado es un día para sentirse feliz después del sacrificio y sufrimiento de una temporada especialmente complicada".

Agapito teme, por ejemplo, que se repitan los episodios del partido contra el Athletic, cuando la amplia mayoría de la afición se puso del lado de Marcelino García Toral y le pidieron a él y a Eduardo Bandrés que se marcharan. Solo Bandrés salió convencido aquel día de La Romareda. Aquella lluvia de balazos caída desde la grada genera aún escalofríos en Agapito, cuya cuota de crédito podrá comprobarse de nuevo hoy con la actitud de la afición.

Protestas habrá y de varios modos. La peña Colectivo 1932, una de las más numerosas y fervientes, lo hará mediante una sentada. Su malestar con la catastrófica planificación y la nula estabilidad del club se hará visible en el fondo sur en el primer cuarto de hora de partido. Durante ese tiempo, reinará el silencio en el Colectivo, que expondrá además una pancarta exigiendo la renovación del tándem Gay- Nayim

¿Qué posición adoptará el resto de La Romareda? La solución en unas horas...