SPORTING 1-1 ZARAGOZA

Grano para el granero

El Real Zaragoza, en un intenso partido, sumó un buen punto en Gijón que supo a poco

l centrocampista colombiano del Real Zaragoza, Abel Aguila (d), celebra con su compañero, Paco Pavón, el gol conseguido frente al Sporting
Grano para el granero
EFE

El Real Zaragoza sumó un buen punto anoche en El Molinón, el cuarto de la temporada, pero la sensación final resultó un tanto agridulce. En verdad, el equipo de Marcelino fue mejor que su rival durante la mayor parte del choque, pero no pudo plasmar esa superioridad, esta vez por su poco acierto en el remate ante la meta asturiana.

 

El fútbol acaba resumiéndose en la solvencia de cada equipo para decantar y definir el marcador a su favor al final de cada partido. Si uno gana jugando mal, al cabo de unas pocas horas el método acaba siendo mera anécdota. Por contraposición, si uno pierde jugando mejor que el contrario, el positivo dato de la belleza o la plasticidad también acaba quedando en el cajón del anecdotario. Lo único válido, lo que cubica en la clasificación y se guarda para la historia, son los resultados y los puntos obtenidos en cada lance. El resto, es ornamento.

 

Anoche, el Real Zaragoza vivió esa contradicción en sus propiasa carnes durante buena parte del partido jugado en El Molinón, y lo hizo escorado en el lado más doloroso: el de mostrarse superior al adversario a ojos del espectador pero acabar por debajo en el tanteador (pasó en el intermedio) o sin la victoria en su casillero (es lo que pasó al final).

En el descanso, los zaragocistas se iban a la caseta rumiando su mala suerte, su falta de tino ante el gol y su desgracia en un lance concreto que acabó poniendo el 1-0 a favor del Sporting en el inexistente marcador (las obras del fondo norte han dejado el histórico estadio gijonés sin reloj y sin guarismos para los tantos anotados por los equipos).

 

El equipo de Marcelino firmó una buena primera parte, quizá la más equilibrada en los cuatro partidos oficiales que se llevan disputados en esta Liga. Con Ponzio cortando balones en la medular (su labor más rentable para el equipo), con Pennant abriendo brechas en la nerviosa defensa local, con Jorge López desbordando al débil lateral Lora, con un participativo Abel Aguilar en su nuevo puesto de media punta por detrás del delantero (también lo hizo bien como pivote cuando salió Babic en la segunda mitad) y con el habitual trabajo a destajo de Arizmendi en la punta del ataque. Solo se echó a faltar un mayor acierto en Gabi, demasiado fallón en sus acciones (le costó irse a la ducha el primero). Con esta buena combinación de medio campo hacia arriba, el equipo verde fosforito -así vistió ayer el Zaragoza-, dominó el balón, metió atrás a los asturianos y fue acumulando ocasión tras ocasión para haberse adelantado en el marcador (pese a que la primera gran opción de gol la generó Morán para los locales en el minuto 2, en un triple yerro posicional de Gabi, Paredes y Carrizo, que casi acaba con el 1-0 en una bella vaselina).

 

Abel Aguilar y Pavón, este por dos veces, rozaron el éxito, siempre de cabeza. El madrileño anotó a la salida de un córner en el minuto 16, pero el tanto fue anulado por una falta previa de Ayala en el bloqueo. El Zaragoza tenía grogui al Sporting y en las gradas de El Molinón se mascaba la tragedia. Mucho más cuando Arizmendi se quedó solo ante Juan Pablo, pero estuvo lento y el arquero local llegó antes al balón fuera del área y despejó con el pie.

 

Después de media hora de abrumadora superioridad zaragozana, una contra aislada del Sporting concluyó con un disparo seco de Diego Castro desde 25 metros que nadie salió a tapar. Tras tocar en el cuerpo de Pavón, dejó clavado a Carrizo y se coló en la portería. Una injusticia de la que costó rehacerse al cuadro zaragocista, que no daba crédito a su desventaja. En esos momentos de dudas, De las Cuevas gozó de hasta tres ocasiones para haber desnucado a los aragoneses, pero por fortuna las marró consecutivamente. Al Zaragoza le acabó salvando la campana del descanso.

 

En la segunda fase, la justicia llegó por la vía del argumento inicial de esta crónica. El Sporting salió más centrado que en el inicio del choque, pero se encontró muy pronto con un golazo de cabeza de Abel Aguilar (en su mejor partido) a la salida de un córner de Jorge López y perdió la mano de la partida. Y aunque los rojiblancos engendraron hasta cinco ocasiones claras de gol en la última media hora (de Camacho -dos-, Gregory, Bilic y Barral), el Zaragoza aguantó muy bien el tipo en defensa pese a la provisionalidad de la línea y dibujó dos buenos contragolpes que bien pudieron haber dado el triunfo a los de Marcelino. Uno de Arizmendi que paró Juan Pablo en el minuto 57 y, sobre todo, una penetración de Songo'o que Babic remató a bocajarro alto con todo a favor a falta de un cuarto de hora. Sin ser algo extraordinario, el duelo fue entretenido y resultó agradable para la vista. Y, lo mejor, el Zaragoza borró la mala imagen que había dejado ante el Valladolid.

 

Ficha técnica

1-Sporting: Juan Pablo, Lora, Gregory, Gerard, Canella, Diego Camacho, Rivera, Luis Morán, De las Cuevas (Barral m 63), Diego Castro (Maldonado m 85) y Bilic (Kike Mateo m 78)


1-Zaragoza: Carrizo, Pulido, Ayala, Pavón, Paredes, Gabi (Babic m 52), Ponzio, Pennant (Songó'o m 73), Jorge López, Abel Aguilar y Arizmendi.


Goles: 1-0 (m 28) Diego Castro, 1-1 (m 53) Abel Aguilar


Árbitro: Turienzo Álvarez. Mostró tarjetas amarillas a Gerard (m 44), Gabi (m 46), Ayala (m 59), Barral (m 73)


Incidencias: Estadio de El Molinón. Alrededor de 18.000 espectadores. En los prolegómenos el público cantó el "Cumpleaños feliz" al ex jugador y actual delegado del Sporting, Quini, que el miércoles había cumplido 60 años.